Solar: La noche es luminosa


“Es emocionante ver este lugar lleno”, fue una de las primeras cosas que dijo el cantante Alejandro Gómez en la noche del jueves, en el concierto con que Solar volvió a los escenarios, luego de 13 años, para celebrar las dos décadas de su disco debut, Play (1997). Eran un poco más de las once de la noche y el vocalista se rindió a la evidencia: el Club Chocolate, el mismo que en los noventa acogió a Solar cuando se llamaba Rockola, estaba copado en todos sus espacios. “Veinte años no es nada”, fue otra de sus frases, aunque luego volvió a aceptar lo que tenía ante sus ojos: “Pero pasan cosas bonitas”, agregó.

Lo que hizo Solar fue, por así decirlo, un ejercicio de merecida nostalgia. Si hace dos décadas Play fue recibido con cierta indolencia, ahora fue escuchado con reverencia y fervor. Por eso, tocaron cada una de las doce canciones que lo componen y con la misma formación de aquellos años: además de Alejandro Gómez, sobre el escenario estaban el tecladista Javier Pañella, el guitarrista Ricardo Contesse, el bajista José Domínguez y el baterista Claudio Olguín, ocasionalmente apoyados en percusiones y coros. Lo tocaron siguiendo casi estrictamente el orden de la grabación, así que las primeras cinco canciones del concierto fueron las primeras cinco del disco: desde los golpes de batería y el rasgueo que inicia “Vacío” hasta la melodiosa “La casa del amor”, que al mismo tiempo es una bonita canción pop y una cita a una de las bandas que guiaban la música de Solar, The House of Love. Ese primer segmento fue algo tenso, con el sonido todavía ajustándose, con los ripios propios de un grupo que se reencuentra luego de tantos años y hasta con algunos olvidos de Gómez en la letra de la misma “La casa del amor”.

Luego, empujado también por la emotividad, el concierto tomó vuelo definitivo. Fue sobre todo a partir de “Por costumbre”, el single más conocido de Solar, una cita casi literal a My Bloody Valentine y una de sus melodías indelebles: como prueba, basta el claro “¡all right!” que se oyó desde el público en el momento preciso en que sonaba originalmente en Play. En adelante vinieron los mejores pasajes. La vibrante versión de “Lo que eres”, con aquel coro que dice que “la noche es luminosa” y que despertó los oles de la audiencia. Los delicados teclados de Pañella en “Mi distinguida alteración”. El sonido brillante que Gómez y Contesse le sacaron a sus guitarras al cerrar “Port a luz” y “Voy a Marte”.

El bis tuvo dos canciones, la instrumental “Reprise” y la entrañable “Impredecible”, que no está en Play sino en un disco póstumo como Sentido común (2003), pero el verdadero clímax de la noche ocurrió unos minutos antes. Lo provocó “Medícame”, que de hecho es el primer single de Solar, cuya electricidad fue reforzada por la incorporación de Leo Saavedra (ex Primavera de Praga) en la guitarra. Fue el momento definitivo, porque fue emotivo, pero también trepidante. Tanto, que Alejandro Gómez terminó soltando su guitarra y lanzándose a saltar entre el público, poseído por la euforia y con una enorme sonrisa en el rostro.

Quizás, en su cabeza y en la de quienes lo rodeaban, todavía resonaba ese coro: la noche es luminosa, porque deslumbra y acerca.

Solar
Club Chocolate
Jueves 27 de julio de 2017

Vacío
Saber de mí
Siete días por semana
Armonía
La casa del amor
Por costumbre
Port a luz
Lo que eres
Mi distinguida alteración
Voy a Marte
Medícame
Reprise
Impredecible





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