El Tribunal Ambiental de Valdivia acogió a tramitación la demanda por reparación de daño ambiental presentada por agricultores contra la empresa eléctrica Carén S .A, propietaria de la central hidroeléctrica de pasada Carilafquén- Malalcahuello, ubicada en Melipeuco en la región de la Araucanía.

La acción judicial solicita al Tribunal que ordene la reparación de los daños que habrían sido causados por las múltiples y reiteradas roturas en el ducto de aducción subterráneo, desde donde se habrían vertido grandes cantidades de agua, arrasando con la vegetación presente y afectando la estabilidad de los terrenos.

También se plantea que la empresa no contaría con la autorización para el funcionamiento de un estanque acumulador de agua con sistema de desagüe que apunta hacia un valle local, y que por no contar con la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) correspondiente tampoco se habrían considerado los impactos de la obra para esa localidad cercana.

Los agricultores solicitaron que el Tribunal dicte la reparación de los daños provocados por la central como también adoptar medidas de mitigación ambiental y patrimonial, incluyendo el retiro del ducto antes mencionado mientras no obtenga su aprobación.

El proyecto hidroeléctrico se encuentra en funcionamiento desde febrero de 2016 y corresponde a los primeros proyectos desarrollados íntegramente por la trasnacional Latin American Power.

Con todo eso, los principales cuestionamientos apuntan a la intervención de los ríos cordilleranos y la modificación de su caudal mediante la instalación de tuberías.

Según sostuvo Paz Neira vocera del Consejo de Defensa del Territorio en Melipeuco,  explicó que este caso responde a un grupo de familias que negoció en su momento con la empresa, por ejemplo facilitando parte de sus terrenos para la instalación de torres de alta tensión, pero que ahora han reconocido incumplimientos y las irregularidades en que incurrió la compañía.

Algo que otras organizaciones que se negaron a cualquier acuerdo con el titular siempre advirtieron, comentó.

“La empresa se instaló sobre los terrenos de particulares estableciendo servidumbres en esos predios, claro que pagándoles, pero aun así hoy están incumpliendo todo lo establecido con ellos. Es decir, una vez más se da una situación de atropello de una gran empresa de capitales extranjeros sobre las comunidades rurales de la comuna”, sostuvo.

Además, la integrante del movimiento Ríos Libres mencionó que la instalación de estos proyectos respondería a una estrategia del Ministerio de Energía de sacrificar la zona para la generación de electricidad para el resto del país.

“Melipeuco se ha querido definir como un polo de desarrollo energético aunque nosotros decimos que es una zona de sacrificio para la generación hidroeléctrica. Actualmente hay cuatro proyectos que están instalados y, por lo menos, se proyectos unos diez o doce en el sector”, detalló.

El proyecto se suma a otras iniciativas de mini centrales hidroeléctricas que no requieren de un estudio de evaluación de impacto ambiental y solo una denominada declaración de “buenas intenciones” con el territorio donde se ubicarían las obras.

Hay que agregar que la construcción de esta central se inició el primer semestre de 2014 y estuvo a cargo de la constructora Icafal.  El sistema considera una interconexión por medio de una línea de trasmisión de más de 120 kilómetros de longitud conectados al Sistema Interconectado Central (SIC) por medio de una subestación instalada en el Río Toltén.