Empresa de Áridos genera graves daños a monumento arqueológico Chullpas de Sitiani

El monumento arqueológico Chullpas de Sitiani, ubicado en las inmediaciones de Isluga, Comuna de Colchane, Región de Tarapacá, está siendo destruido por una empresa privada de áridos que se encuentra excavando en el lugar, sacando y destruyendo torres funerarias, vasijas, cerámicas y otros elementos arqueológicos. Ya hay denuncias en fiscalía para detener los trabajos.

El monumento arqueológico Chullpas de Sitiani, ubicado en las inmediaciones de Isluga, Comuna de Colchane, Región de Tarapacá, está siendo destruido por una empresa privada de áridos que se encuentra excavando en el lugar, sacando y destruyendo torres funerarias, vasijas, cerámicas y otros elementos arqueológicos. Ya hay denuncias en fiscalía para detener los trabajos.

Isluga es un pequeño poblado aymara ubicado en el altiplano en la comuna de Colchane. Las Chullpas son pequeñas torres de piedra y construcciones funerarias que datan del siglo XI hasta el XIV, las que en etapa del tardío intermedio formaron parte de las ofrendas que hacían las comunidades a los cerros con grandes alturas para pedir abundancia en la cosecha.

Las Chullpas de Sitiani son consideradas desde 1981 como monumento arqueológico, ya que representan una muestra de lo que en ese sitio existió durante la vida preincaica de esta localidad del norte grande. En estos sectores y a poca profundidad se encuentran grandes acumulaciones de restos cerámicos y líticos que dan vida a uno de los centros rituales del altiplano.

Este sitio, que ha sido estudiado y siempre resguardado por la comunidad de Isluga, hoy se encuentra en peligro, ya que una empresa de áridos ha hecho remoción de tierras en el lugar donde se emplazan las torres funerarias. Los cortes o remoción de tierra llegan a los cinco metros de profundidad y se disponen a sólo dos metros de una de las torres funerarias, en uno de los casos, a tan sólo diez centímetros de una estructura con muro de piedras.

Las chullpas

La arqueóloga Magdalena García explica que “este sitio tiene entierros fúnebres aun cuando no es exclusivamente funerario, sino que se hacían ceremonias en torno a este monumento donde enterraban a difuntos, que además eran parte de las ofrendas en este sitio sagrado, que en la visión andina, conecta a las grandes cumbres con los rituales dedicados a los antepasados”.

Las chullpas están repartidas por todo el altiplano, por lo que representan también el sincretismo que se vivió en el avance de las comunidades que habitaban los sectores más altos de las cordillera y que fueron bajando hacia el Pacífico poblando los valles.

Lo que hoy conocemos como Bolivia era el sector donde las comunidades practicaban la ganadería con mayor experticia, mientras que en los sectores más bajos, como Camiña, se priorizaba la agricultura. En las Chullpas de Sitiani se han encontrado rastros cerámicos que dan cuenta de esta unión entre comunidades ganaderas y agricultoras previas a la llegada de los Incas al territorio.

En este sitio está representado lo que significa “el agua en el desierto. Estos ríos están bajando de los cerros, por eso las montañas tienen ese significado, porque  el agua baja y de ahí sale todo. Entonces las chullpas están alineadas a lo largo del eje del río y alineadas con los cerros. Este sector es donde pastan los animales y se encuentra la fauna silvestre de la zona de Isluga”, profundiza la arqueóloga.

Daño y denuncia

Rolando Ajata, miembro del colegio de arqueólogos, viajaba por la zona junto a un amigo de la misma profesión, mientras realizaba un proyecto de electrificación rural en la comuna de Colchane. El investigador invitó a su compañero a conocer las Chullpas de Sitiani y al llegar al lugar se percató de la invervención al patrimonio.

Según ataja “en los montículos de tierra habían restos cerámicos y líticos. Las chullpas tenían excavaciones a pocos metros”, motivos que lo impulsaron a realizar la denuncia.

El arqueólogo advirtió de la situación a Carabineros del Retén de Colchane, a la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural de la Policía de Investigaciones y a la Oficina Técnica de Monumentos Nacionales de la Región de Tarapacá. La acusación de Ajata fue avalada por la doctora en Antropología Isabel Cuadro, quien alertó de lo sucedido al alcalde de la Municipalidad de Colchane, Javier García, mediante una carta.  De la oficina del Consejo de Monumentos Nacionales de Tarapacá, explicaron que no podían referirse al tema, ya que en estos días presentaron una denuncia ante la fiscalía.

Según explicó Elir Rojas, presidente del Colegio de Geógrafos “aquí no rige solo la norma de la ley chilena donde interviene el Consejo de Monumentos Nacionales, sino que también convenciones internacionales como las de Washington y cuando hay movimiento de tierra de suelo en zonas que son sensibles, también se pueden citar las convenciones de biodiversidad, desertificación y sequía. Cualquier particular que esté interviniendo un área que tenga un sector arqueológico tiene absoluta responsabilidad sobre los daños que ahí se produzcan, por lo que será necesario que las entidades gubernamentales se hagan presente en la protección del patrimonio”.

Extraoficialmente se sabría que una de las empresas que estaría utilizando áridos de este pozo, habría sido alertada respecto al nocivo impacto que estaba provocando, recomendándole la paralización de las obras. Además, se habría conversado con el dueño del terreno, señalándole que no podría continuar extrayendo áridos de este lugar hasta que el caso fuera investigado por los organismos competentes. No obstante lo anterior, no se habrían detenido los trabajos, afectando directamente el área arqueológica y las propias estructuras arqueológicas del sitio.





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