El proyecto que busca incinerar toda la basura que se produce en Temuco – 156 mil toneladas anuales- se encuentra en revisión por parte del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA) y sería el primero de su tipo en Chile.
Para aclarar los impactos y el funcionamiento de esta planta, la bióloga e integrante de la Red por los Derechos Ambientales (RADA), Alejandra Parra, la comparó con una “termoeléctrica a base de basura y petróleo”. La inversión hasta ahora declarada por la empresa es de 80 millones de dólares.
En Chile no hay experiencia de incineración para el tratamiento de ningún tipo de residuos. La empresa Waste to Energy (WTE) se adjudicó este proyecto pero tampoco registra experiencia alguna en el rubro. En su sitio electrónico detallan que es “un consorcio integrado por un grupo de exitosos e innovadores empresarios de la región que decidieron entregar una solución tecnológica y sustentable para el manejo de residuos domiciliarios de Temuco” y que habrían “visitado Europa para conocer el modelo”.
Pero en el territorio donde se pretende instalar esta planta ya se emplaza una termoeléctrica a biomasa, una instalación industrial diseñada para generar energía eléctrica a partir de recursos biológicos. Es decir, explicó Alejandra Parra, la contaminación atmosférica aumentaría aún más, considerando que Temuco y las comunas contiguas registran un elevado nivel de contaminación por el uso de leña.
La empresa se declara como una alternativa para enfrentar la situación anterior: “Aprovechar el calor disponible en el secado de leña, aportando al cumplimiento de las metas del Plan de Descontaminación Atmosférica de Temuco y Padre Las Casas”, indican en su página.
Sin embargo, para la bióloga Alejandra Parra esto es totalmente cuestionable. La profesional explicó que “cuando se utiliza la incineración se genera un incentivo perverso porque las empresas requieren que los hogares generen más toneladas de residuos para aumentar las ganancias y también la electricidad”.
Detalló que la dioxina, furanos y los metales pesados serían algunos de los contaminantes más peligrosos porque se acumulan en el ambiente por muy mínima que sea la cantidad emitida. Las partículas se mantienen por miles de años en la atmósfera y se reconcentran en la materia grasa de los animales y también en los caudales de agua.
Esto impactaría hasta en la leche materna por el proceso de biomagnificación de contaminantes, explicó Alejandra Parra.
La abogada de la Red por la Defensa de los Territorios, Auri Muñoz, comentó que la semana pasada la seremi de Salud de La Araucanía entregó un informe de 27 páginas con sus observaciones al proyecto.
Por lo mismo, desde el equipo técnico de la Red solicitaron al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la región devolver los antecedentes a la empresa por registrarse graves omisiones.
“Llama la atención que un proyecto de esta envergadura sea entregados a empresas que no tienen experiencia en el trabajo de residuos domiciliarios. Aquí el 30 por ciento de lo que se incinere va a quedar reducido a cenizas y el proyecto no contempla que pasaría con eso, si se va a valorizar económicamente, si va a la disposición final o si va a existir otro vertedero para recibirlas”.
Para el vocero de la Asociación Mapuche Rucamanque, Iván Toro, que agrupa a más de 30 comunidades indígenas y otros parceleros, el proyecto podría impactar los caudales de agua, lo que profundizaría la sequía que enfrentan.
Actualmente, el proyecto se encuentra bajo el proceso de participación ciudadana del SEA, que concluye el 3 de octubre próximo. Mientras, el fin de la evaluación ambiental se extiende hasta fines de diciembre y es prorrogable.
Otra lógica en el uso de la basura
Hace más de diez años que la Red por los Derechos Ambientales ha trabajado en la estrategia “Basura Cero”. En 2011 iniciaron las conversaciones con el municipio de Temuco y en enero pasado presentaron el plan piloto del proyecto que cambia la lógica del uso de la basura desde su origen y no en su disposición final. Este plan se comenzaría a implementar de aquí a fin de año en un sector residencial de Temuco.
“La municipalidad tendría que recolectar diferenciadamente los materiales que están en los residuos, los compostables y los reciclables, en distintos días de la semana. Estos materiales se irían a una planta municipal de compostaje y de reciclaje, a su vez. Los primeros se convertirían en compost que es un mejorador de suelos y sirve para la producción orgánica de vegetales, es decir, no tiene ningún perjuicio para el ambiente”, señaló Alejandra Parra.
“Destinado también los elementos reciclajes a su planta, lo que quedaría es un 20 por ciento de residuos. De todo lo que se arroja hoy en día sólo tendríamos que llevar a disposición final ese 20 por ciento, que incluso podría reducirse con buenas políticas públicas de desincentivo de producción de basura”, agregó.
La iniciativa descrita por Alejandra Parra tendría un costo de implementación para el municipio de Temuco aproximado de 3 mil millones de pesos, lo que podría reducirse luego en la etapa de operación. Es otras palabras, no alcanzaría a representar ni un 10 por ciento del costo de la incineradora.
Hace algunos días, un grupo de organizaciones solicitó una reunión con la Intendenta de La Araucanía, Nora Barrientos, para comentar sus dudas ante la gestión del Servicio de Evaluación Ambiental por este proyecto.