En entrevista con el programa “Política en Vivo” de nuestra radio, el abogado de derechos humanos, Roberto Garretón, analizó el rol de las Fuerzas Armadas y planteó necesidad de terminar con la institución militar en el país.
A su juicio, se requiere mejorar los estándares en la cultura de los derechos humanos en aquellos países que han enfrentado dictaduras y otros innumerables hechos que fracturaron sus democracias.
En ese contexto, precisó que lograr que el Estado efectivamente repare los daños causados en ciertos puntos específicos es un triunfo en la materia, pero que también debe asegurarles a las víctimas y a la sociedad que nunca más incurrirá en dichas brutalidades.
Garretón dijo que pese a que el Estado chileno ha asumido una política de la “No Repetición”, que contiene ejes consagrados en instrumentos internacionales, todavía están pendientes varias medidas para garantizar los derechos de la ciudadanía. Una de ellas, recalcó, es terminar con el ente transgresor, es decir, con la institucionalidad castrense. “La única manera de que no haya repetición, es que no hayan fuerzas armadas”. “El Estado debe hacer esta propuesta y dar garantías para que desaparezcan los hechores de la última violación a los derechos humanos”, aseveró.
Al ser consultado sobre si sería un riesgo terminar con las Fuerzas Armadas de manera unilateral Garretón es claro: “Nunca ha habido ataques a países que no tienen Fuerzas Armadas”. En ese sentido, expuso el caso de Costa Rica que no posee Fuerzas Armadas. Dijo que “a partir de 1948, finalizada una guerra civil en ese país, un militar dijo que no quería un ejército de soldados, sino de educadores”. Esto sería un ejemplo a seguir por los otros países de América, comentó. Para respaldar su tesis, Garretón señaló que desde 1948 han sido todos los países latinoamericanos los que han contado con dictaduras a su haber, a excepción de uno: Costa Rica.
Además, el abogado cuestionó que el Estado mantenga un elevado gasto público en la formación militar cuando en realidad podrían destinarse a otras áreas de desarrollo y de justicia que requieren de mayor urgencia. “¿Qué es lo que hace un militar desde las 5 o las 7 de la mañana y durante todo el día? Desfilar, desfilar, ensayar, preparar sus marchas. Cero trabajo intelectual, cero trabajo político, cero trabajo médico”, comentó y aprovechó de repasar las conductas del ejército: “Los militares chilenos han hecho de la mentira y de la cobardía, su máxima. Nunca han dicho una verdad de las cosas que hicieron en dictadura”.
Garretón también se refirió a la compleja situación que enfrentan los huelguistas mapuche imputados por supuestos delitos terroristas en el denominado “Caso Iglesias”. En su opinión, el Estado ha fallado y ha sido incapaz de asumir el conflicto político. El abogado cree que los delitos de los comuneros están lejos de ser de carácter terrorista: “Un delito terrorista debe producir terror a un grupo razonablemente amplio de la población. Terrorismo es de terror. Quemar un camión no le da terror a nadie”.
Agregó que deben reconocer “que los indígenas tienen derechos que les han sido suprimidos pero a pesar de eso los tratan de terroristas” y concluyó criticando la disposición de diálogo del gobierno: “aquí hay que sentarse a conversar. Los mapuche están dispuestos. los que no están dispuestos son los que ocupan la palabra terrorista”.
También Roberto Garretón dijo estar convencido de que el caso Luchsinger Mackay absolvería a los comuneros mapuche imputados porque no sería un asesinato efectuado por ellos.