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Canción de navidad

Columna de opinión por Sergio Rodriguez G.
Lunes 18 de diciembre 2017 7:50 hrs.


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El fin de año huele a compras, 
enhorabuenas y postales 
con votos de renovación; 
y yo que sé del otro mundo 
que pide vida en los portales, 
me doy a hacer una canción. 
La gente luce estar de acuerdo, 
maravillosamente todo 
parece afín al celebrar. 
Unos festejan sus millones, 
otros la camisita limpia 
y hay quien no sabe qué es brindar.

Silvio Rodríguez. Canción de navidad

Un día de diciembre de 1987 me encontré casualmente con Silvio Rodríguez en el aeropuerto de La Habana, venía de hacer varios conciertos en Argentina, yo estaba esperando a un amigo que arribó en el mismo vuelo. La persona que iría a buscar a Silvio al aeropuerto se atrasó y aprovechamos de conversar en el estacionamiento de la terminal aérea. Le había ido muy bien en su estadía en tierra gauchas y estaba contento, pero de lo que más me habló fue de la terrible impresión que le había causado la cercanía de la navidad y las diferencias que evidentemente iba a ocasionar en los hogares argentinos la abrumadora brecha que él percibió y palpó de forma directa en el poder adquisitivo de las familias, y que sin duda alguna, acarrearían contrastes en la celebración de las fiestas decembrinas. Un tiempo después, el cantor y poeta compuso esta canción de la cual extraigo un verso para iniciar este artículo.

Lamentablemente, treinta años después, la situación no es distinta, en la navidad de 2017, tal como dice Silvio, habrá muchas familias que no sabrán lo que es brindar.

En 2016, el 11% de la población mundial, es decir 615 millones de personas sufrían de hambre según cifras entregadas por la Organización Mundial de la salud (OMS), incrementándose el guarismo en 38 millones respecto del año anterior. Un dato espeluznante del mismo informe es que cada año mueren 5,6 millones de niños por hambre o carencia de agua potable.  Lo desalentador de estos antecedentes, es que por primera vez en los últimos 15 años estas cifran volvieron a aumentar. Así mismo, creció el número de personas subalimentadas y las que padecen hambre crónica, lo que produce un retraso en el crecimiento de los niños, afectándose por esta causa 155 millones de infantes, mientras que 50 millones tienen un peso demasiado bajo para su estatura.

Según el informe “Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017” elaborado por la mencionada organización internacional, las causas principales que han provocado esta situación son la proliferación de los conflictos en el planeta y las perturbaciones originadas por el clima. Aunque entre los años 1990 y 2015 el porcentaje de población mundial que sufría de malnutrición disminuyó a la mitad, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha alertado en el sentido de que en caso de mantenerse la conflictividad global será imposible exterminar la pobreza y cumplir con la que posiblemente sea la más importante de todas las metas que se haya propuesto la humanidad, cual es acabar con la malnutrición y la pobreza para el año 2030 cumpliendo con al Agenda para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la ONU en 2015.

En América Latina y el Caribe la situación no es diferente, aunque en los primeros años del siglo XXI, un fuerte incremento en la inversión social permitió disminuir la gigantesca brecha en la desigualdad de los ingresos, causa principal de la pobreza en una región que sigue siendo la más desigual del mundo, en 2015, 7 millones de latinoamericanos se volvieron pobres, alcanzando la exorbitante cifra de 175 millones de personas. De ellas, 75 millones viven en la indigencia, 5 millones más que en 2014. En 2016, según la FAO, se alcanzó la terrible cantidad de 42.5 millones de niños y niñas menores de 5 años con malnutrición crónica, un 8% más que en 2013.

El crecimiento de la clase media como producto de la aplicación de medidas de mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos por parte de una buena cantidad de gobiernos de la región, sobre todo en materia de empleo, mejoramiento de los ingresos mínimos de varios países,  políticas de redistribución de ingresos y protección social durante los primeros quince años de este siglo, no impide constatar la fragilidad de este sector que hoy alcanza al 35% de la población de la región, toda vez que las cifras que soportan esa condición son extraordinariamente disimiles: aunque un 38% consigue más de US$ 10 diarios, el 39% recibe entre US$ 4 y 10 y un 23% obtiene menos de US$ 4 al día, pero si continúa la tendencia regresiva, la situación de este sector se torna riesgosa en extremo y la probabilidad de que se siga engrosando la población pobre es muy alta. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), calcula que otros 30 millones de personas podrían caer en condición de pobreza.

Según un informe preparado por el investigador argentino Javier Tolcachier del Centro Mundial de Estudios Humanistas, al comenzar el siglo había en la región 225 millones de pobres (44%) con casi 100 millones de indigentes (19,3%). Esta cifra cayó a 29 y 12%, respectivamente, lo que implica que al menos 50 millones de personas salieron de la pobreza y 25 millones de la indigencia. Sin embargo, desde 2012 se observa el estancamiento de esta mejoría, incluso comenzando a subir tanto el número de pobres como el de indigentes hacia finales de este período.

En este ámbito, China se ubica en el otro polo. Según el presidente Xi Jinping       la lucha para erradicar la pobreza, mejorar el nivel de vida del pueblo y alcanzar la prosperidad es considerada un objetivo esencial del socialismo.  A pesar de todos los avances en ese sentido, la cantidad de ciudadanos pobres en el país es elevada, sobre todo en las zonas rurales, por lo que resulta imposible hablar de cumplimento del objetivo de lograr una sociedad modestamente acomodada en 2020, es decir un país sin pobreza, sin superar ese rezago, por lo que se seguirán haciendo los mayores esfuerzos en este ámbito.

A este respecto, la ONU ha reconocido que la estrategia china para combatir la pobreza, no solo ha permitido extraer a millones de personas de esa situación, también ha proporcionado esperanzas de que este camino es posible para otros países del mundo.  El propio Secretario General del organismo Antonio Guterres afirmó que: “No debemos olvidar que China ha sido la que más ha contribuido durante la última década en la lucha contra la pobreza”, y agregó que “a la luz del frágil ambiente internacional, trabajar por el desarrollo es un importante canal para prevenir los conflictos”. Así mismo, se ha reconocido que China resolvió el problema de la falta de alimentos y ropa a más de 1.300 millones de personas y sacó de la pobreza a más de 700 millones, lo que significa una reducción de más del 70% de la población mundial, transformándose en el primer país en cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir la pobreza a la mitad.  Además, el país ofreció empleo a 770 millones de personas, logró la cobertura total de educación obligatoria para los niños de hasta 9 años, ha proporcionado seguridad a 230 millones de ancianos y 85 millones de personas con discapacidad y ha aumentado la esperanza de vida al nacer de 35 años en 1949 a 76 en la actualidad por lo que la ONU considera que China es el país con crecimiento más rápido en los últimos 30 años. Según Tom Zwart director del Instituto de Derechos Humanos de Holanda es el logro más importante de la historia en materia de derechos humanos.

En general, como se dijo antes, en los últimos 30 años, además de recatar a 700 millones de personas de la pobreza, la pobreza de la población rural cayó a 55,75 millones de personas en 2015 y la incidencia de pobreza se redujo hasta 5,7 % ese mismo año, mientras que en el país ese indicador se redujo a 4,2%. Solo en el período 2013-2016, un total de 55,64 millones de personas del área rural salieron de la pobreza (12,4 millones en 2016), para ello, los ingresos en estas áreas crecieron a una tasa más elevada que la media nacional.  Al finalizar 2016, quedaban 43,35 millones de ciudadanos en condición de pobreza, lo cual augura que, de seguir el trabajo que se propone sacar a 10 millones de ciudadanos de esa condición por año, la meta pautada para el 2020 será cumplida casi totalmente.

He ahí las diferencias que produce encarar una tarea tan trascendente desde la óptica del capitalismo o del socialismo. Las cifras no mienten y los resultados están a la vista.

Por lo pronto, este año cuando celebre la navidad y esa noche sus hijos reciban los regalos o durante la cena de año nuevo en familia, recuerde y recuérdele a sus seres queridos que usted y ellos son unos privilegiados. No se olvide que allá afuera hay “… otro mundo”, y que existe gente “que pide vida en los portales” como evoca el extraordinario compositor cubano.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.