Mejores puntajes de la PSU están determinados por el nivel de ingreso de sus familias

Jesús Redondo, investigador del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech), reparó en las brechas de género y condición socioeconómica de los estudiantes, las cuales se evidencian cada año en los resultados de la Prueba de Selección Universitaria.

Jesús Redondo, investigador del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech), reparó en las brechas de género y condición socioeconómica de los estudiantes, las cuales se evidencian cada año en los resultados de la Prueba de Selección Universitaria.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Jesús Redondo, investigador del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech), reparó en las brechas que se evidencian cada año en los resultados de la PSU, las cuales refieren principalmente al nivel socioeconómico y género de los estudiantes.

De quienes rindieron la Prueba de Selección Universitaria (PSU) este año, el 34, 8 por ciento proviene de establecimientos municipales, el 53,7  por ciento,  de particulares subvencionados y el 10,5 por ciento,  de colegios privados. Y es en este último porcentaje donde se concentraron los mejores puntajes de este proceso, promediando 597 puntos en lenguaje y 611 en matemática.

Estos resultados son superiores a los obtenidos por estudiantes de colegios subvencionados, quienes lograron un promedio de 508 puntos en lenguaje y 507 puntos  en matemática, y los alumnos de establecimientos públicos, cuyos promedios alcanzaron apenas 474 puntos en lenguaje y 475 en matemáticas. Tendencia que se repite en las pruebas de Ciencias e Historia.

Jesús Redondo, investigador del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH), detalló que la PSU no es una prueba que mida calidad, por lo que no es correcto decir que los colegios particulares son mejores que los públicos. En esa línea, dijo que esta prueba tiende a reflejar los recursos económicos con los que cuenta la familia del estudiante.

Otra de las brechas que se evidencia en los resultados de la PSU es la de género, que no solo se advierte en los puntajes nacionales, donde 118 son hombres y solo 25 mujeres, sino también en el puntaje promedio obtenido en cada una de las pruebas.

Esto, a pesar de que tanto en el ranking de los jóvenes como en las notas obtenidas durante la enseñanza media (NEM), las mujeres superan a los hombres. Sobre este punto, Jesús Redondo no descartó un pequeño sesgo de género.

Para Redondo, el problema es el uso político que tiene los resultados de la prueba, pues tiende a seleccionar a quienes han tenido los recursos para prepararse mejor, que corresponden al diez por ciento más rico del país.

El investigador del Opech indicó que tanto el ranking como el NEM contribuyen a una mayor diversidad en el acceso y más estabilidad de los estudiantes dentro de la educación superior, ya que ambos criterios benefician a los alumnos más aplicados de cada establecimiento del país.

Sin embargo, comentó que mientras no haya un cambio sobre los criterios de selección y no exista un impulso dirigido a las escuelas más pobres, para que se pueda compensar aquello que los estudiantes carecen, la historia sobre los resultados de la PSU se seguirá repitiendo cada año.

 

 

 





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