Machi Linconao no logra reunirse con el Papa

“Yo soy Machi y el Papa. Qué problema hay en que me dejen pasar”. A las afueras de la casa de las Hermanas de la Santa Cruz, junto al resto del público, la machi investigada en el caso Luchsinger-Mackay, buscó reunirse el líder católico, lo que finalmente no logró.

“Yo soy Machi y el Papa. Qué problema hay en que me dejen pasar”. A las afueras de la casa de las Hermanas de la Santa Cruz, junto al resto del público, la machi investigada en el caso Luchsinger-Mackay, buscó reunirse el líder católico, lo que finalmente no logró.

La Machi Francisca Linconao no logró concretar un encuentro con el Pontífice durante su visita a la Araucanía. La autoridad mapuche pretendía hacer entrega de una carta en la que  expone a Francisco I su situación procesal en la causa por el delito de incendio con resultado de muerte del matrimonio Luchsinger Mackay, cuyo nuevo juicio debe comenzar el 26 de febrero.

Tras no poder llegar a la misa oficiada por el Papa en el aeródromo de Maquehue, la Machi intentó reunirse con él durante su recorrido por la ciudad de Temuco y posteriormente buscó ingresar a la reunión que el Pontífice sostuvo en la Casa de las Hermanas de la Santa Cruz, lugar donde le bloquearon el ingreso. Mientras esperaba que se le permitiera el acceso, Francisca Linconao señaló que: “Esperamos que el Papa interceda. Eso no más”.

“Usted no tiene permiso para ingresar. Su invitación es para el aeródromo Maquehue”, le dijeron los Carabineros apostados a las afueras en las inmediaciones del lugar donde se llevará adelante el almuerzo del Papa Francisco con representantes de la comunidad local.

“Yo soy Machi y él es Papa. ¡Qué problema hay en que me dejen pasar!” Reiteró la mujer a la policía y a la prensa que estaba expectante a su llegada.

La autoridad ancestral mapuche,  a quien se decretaron nuevas medidas cautelares tras la anulación del juicio en que se la absolvió de las acusaciones por el caso Luchsinger-Mackay, esperó en las afueras de la casa de la congregación religiosa, sin lograr éxito en su intención de  conversar con el líder de la iglesia católica y  de entregarle una carta narrándole su situación. “Le pido que invite al Estado de Chile que revise mi situación. Intentan condenarme a cuarenta años de cárcel sin tener pruebas, sin estar yo vinculada a este hecho”, son algunos de los párrafos redactados por la machi.

 

El texto completo de la carta puede ser leído aquí.





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