Los senadores estadounidenses tenían hasta la medianoche del viernes pasado para aprobar el proyecto de extensión presupuestal, visado el jueves por la Cámara baja, pero el Partido Republicano no consiguió, a pesar de las animadas negociaciones, los 60 (de cien) votos necesarios para aprobar la medida.
Los primeros efectos de la paralización del gobierno federal serán efectivos a partir del lunes próximo. Aunque los uniformados deberán permanecer en sus puestos en todo el país, al igual que la policía, la guardia fronteriza, los agentes aduaneros y los operadores de vuelo.
Algunas de las oficinas de la administración pública que cesarán temporalmente sus actividades, son la Dirección Impositiva, la Administración de la Seguridad Social y los Departamentos de Vivienda, Educación, Comercio y Trabajo, así como la Oficina de Protección Ambiental. Los trámites en dichas oficinas no serán procesados y los empleados no recibirán su salario hasta que se apruebe un presupuesto y se normalicen las actividades. Se calcula que mas de 800.000 empleados federales serán suspendidos.
Si bien no es la primera vez que esto ocurre, se trata de una dura derrota política para el presidente Donal Trump, el mismo día en que cumple exactamente un año de sus investidura en el cargo.
La oposición demócrata bloqueó el acuerdo por no incluirse una solución para los casi 700.000 inmigrantes beneficiados por el programa DACA, lanzado en 2012 por el gobierno de Barack Obama, acuerdo que no fue renovado por Trump.
Por el momento es imposible prever cuánto durará esta situación, ambos partidos se acusan mutuamente de lo ocurrido, aunque prosiguen las negociaciones.