Un área marina que no incluye los mares, aunque suene contradictorio, es lo que resume la situación en Magallanes. Según acusa Greenpeace y pescadores artesanales de la zona, el área marina protegida por la red de parques de la Patagonia que incluye la reserva nacional Kawésqar excluye sus aguas adyacentes. La medida fue catalogada como insólita para las organizaciones y distintos actores de la zona.
La molestia se da porque fue la propia presidenta quien se comprometió con la protección del parque Kawésqar luego de una consulta al pueblo indígena, en la que participaron 12 comunidades kawésqar que plantearon la protección del mar, la que es parte de la historia marcada por 5 mil años como pueblo canoero.
El planteamiento fue claro y apoyado por la presidenta Michelle Bachelet, lo que fue ratificado por el ministerio de Medio Ambiente y con este acuerdo bajo el brazo se aprueba el parque nacional kawésqar.
A pesar de los compromisos adquiridos no hubo reacción ante ello. Distintas organizaciones catalogaron de inexplicable que el Consejo de Ministros para la Sutentabilidad haya acordado, en abril pasado, excluir la protección de las aguas adyacentes.
Estefanía González, coordinadora de Campaña de Greenpeace en conversación con radio y diario Universidad de Chile sostuvo que los antecedentes que se manejan dan cuenta “de la presión del ministerio de Economía y el silencio del ministerio del Medio Ambiente. Cuando se discute la creación de estos parques nacionales en el comité de ministros para la sustentabilidad deciden arbitrariamente dejar el mar por las advertencias del ministerio de Economía para proteger los intereses de la industria del salmón”.
Por su parte, la vocera de los pescadores Artesanales de Magallanes, Iris Aguilar, acusó la falta de voluntad política y la nula comunicación de las autoridades con dirigentes en el estudio de las decisiones que protejan el mar que día a día se va dañando junto con los productos que existen en él. “Lo que se ha hecho es crear nuevos parques para proteger nuestra fauna en Magallanes pero lo que no se ha hecho es hacer en un conversatorio, un análisis un poco más profundo para saber cuáles serán los usos que se van a dar exclusivamente a esas zonas que se van a proteger”, por ello, agregó que “siempre hemos estado abiertos al diálogo, somos los más interesados en que nuestra región sea protegida debido a lo frágil de nuestro ecosistema con el tema de cambio climático y la contaminación de nuestros mares”.
En la región de Magallanes figuran más de 120 proyectos aprobados y 300 en trámite. Los números generan críticas al ministerio de Medio Ambiente por no poner un freno a una industria que contamina y daña el ecosistema, agravando una condición de vulnerabilidad y fragilidad de las aguas cuando se han provocado condiciones anaeróbicas en más de la mitad de los centros de cultivo que operan en la región de Magallanes.
Aunque las iniciativas quieren proteger los parques, sin estas modificaciones, organizaciones sociales y científicas coinciden en que aún hay tareas pendientes sobre una real y participativa protección y conservación de los ecosistemas, biodiversidad y recurso marino costero.
Este lunes se realizará la última tramitación del proyecto de protección y aunque el emplazamiento a las autoridades se realizó, el borrador continúa sin modificaciones.