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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Senador Pizarro: Chile no puede cerrarse a intercambio territorial con Bolivia

El equipo jurídico boliviano expone durante este martes los argumentos que, a su juicio, demuestran que nuestro país tiene la obligación de negociar una salida soberana al mar para el vecino país.

Camilo Villa y Claudio Medrano

  Martes 20 de marzo 2018 6:12 hrs. 
la haya

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A las seis de la mañana hora chilena comenzó la segunda jornada de alegatos orales en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Al igual que este lunes, el turno corresponde a Bolivia.

El primer jurista en exponer fue el español Remiro Brotons, que ya lo hizo ayer, y se ha enfocado principalmente en demostrar la obligación de Chile de negociar con Bolivia una salida soberana al mar producto de una serie de hechos en que nuestro país se compromete a hacerlo.

Para demostrar su argumento, citó el intercambio de notas diplomáticas en 1950, de las que afirmó que “no cabe duda que constituyen un tratado”.

“El intercambio diplomático no es incompatible con la obligación de cuestiones jurídicas. Las partes se comprometen a negociar con un fin específico, allí se dice que Chile está dispuesto a iniciar una negociación directa”.

El jurista español también mencionó el acuerdo de Charaña, en 1975, en el cual Augusto Pinochet y Hugo Banzer firmaron una acta comprometiéndose a “buscar fórmulas de solución a los asuntos vitales que ambos países confrontan, como el relativo a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia, dentro de recíprocas conveniencias y atendiendo a las aspiraciones de los pueblos Boliviano y Chileno”.

La segunda abogada en hablar ante el tribunal fue la abogada británica Amy Sander, quien pese a ser parte del equipo de Bolivia, es la primera vez que tomó la palabra en lo que va del proceso.

La jurista dijo que Chile pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mismo organismo que ha identificado un referendo entre Bolivia y Chile.

También ha indicado que nuestro país forma parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo principal objetivo es fortalecer la paz y seguridad del continente, propósito al que Chile -sugiere Sander- no ha aportado negándose a negociar con Bolivia.

Mencionó que al firmar la Carta de la OEA, Chile se comprometió a actuar de buena fe, y eso implica cumplir con las promesas que se realizan, lo que no se ha concretado en el caso de la histórica demanda boliviana por negociar una salida soberana al Océano Pacífico.

Al igual que Remiro Brotons, durante su exposición Amy Sander debió lidiar con problemas de audio, lo que ha sido la tónica de esta segunda jornada de alegatos.

El tercer jurista en exponer fue el iraní Payam Akhavam, quien ya lo hizo el día de ayer.

El abogado aseguró que Chile ha demostrado en varias ocasiones su disposición de negociar. Para esto citó frases y declaraciones de presidentes de la República como Arturo Alessandri, Gabriel González Videla y el dictador Augusto Pinochet, quienes se han comprometido a resolver el conflicto pacíficamente, incluso comprometiendo una salida al mar para Bolivia. “Chile está vinculado por sus propias declaraciones”, afirmó Akhavam.

También mencionó que ciertos personeros del Estado chileno han declarado a través de todos estos años de conflicto que existe una obligación con Bolivia. En ese sentido estos actos unilaterales son válidos para el derecho internacional, como ya ha pasado en casos otros conflictos internacionales. “Las promesas unilaterales de Chile son vinculantes”, insistió el jurista iraní.

Mathias Forteau fue el cuarto expositor ante el tribunal. El abogado y académico francés aseguró que los argumentos de Chile para no negociar con Bolivia son pura invención y carecen de fundamentos.

Para él, los argumentos que Chile expone para justificar un supuesto fin de la obligación de negociar son artificiales, y por tanto “Bolivia insta a Chile al respeto de sus promesas”.

Afirmó que, según las reglas del derecho internacional, las notas de 1950 y la Declaración de Charaña representan una intención indudable de Chile de negociar una salida soberana al mar para Bolivia, en ese sentido, y según lo estipulado por la Convención de Viena, tal intención es invariable. “La obligación de negociar es una obligación de carácter continuo”, afirmó.

“Desde el inicio (del proceso) Chile ha procurado abrumar a la Corte para hacerla perder de vista de lo que es fundamental.  A lo largo de un siglo Bolivia ha sido constante en cuanto a su demanda marítima, y Chile ha sido constante en su disposición de negociar. Hay que respetar la palabra dada”, concluyó Forteau.

Cabe mencionar que durante la jornada de hoy el senador Jorge Pizarro dijo para CNN Chile que nuestro país siempre ha estado dispuesto a negociar una salida al mar sin soberanía para Bolivia.

Al profundizar más, el parlamentario, que forma parte de la delegación chilena en La Haya, añadió que “si el día de mañana hay alguna alternativa distinta que sea justa para los chilenos, que garantice soberanía y que no signifique una imposición de nadie sobre nadie, por qué no, nunca podemos cerrarnos a eso sobre todo en un mundo que va cambiando”.

En ese sentido dijo que Chile no puede cerrarse un intercambio territorial con Bolivia.

Los alegatos continuaran este jueves y viernes cuando los turnos correspondan a Chile.

Bolivia insiste que Chile trata de “repudiar” los acuerdos

Bolivia denunció este lunes ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el intento de Chile de “repudiar” una eventual obligación de negociar un acceso al océano Pacífico para el país andino, al inicio de la última fase de su disputa ante este tribunal.

“Chile ha tratado de repudiar ese compromiso en 2011”, dijo el representante boliviano ante la CIJ, el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, para quien esa negativa provocó que el gobierno de Bolivia llevara el caso ante esa corte de la ONU en 2013 con sede en La Haya (Holanda).

Bolivia argumenta que Chile ofreció en diferentes momentos solucionar el tema de un acceso soberano al mar tras la Guerra del Pacífico de 1879-1883, cuando Bolivia perdió 120.000 km2 de territorio y sus únicos 400 km de costa, pero que no cumplió.

Y, en 2011, las palabras del entonces presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien asumió de nuevo recientemente las riendas de su país, ante la ONU, asegurando que “no hay asuntos territoriales pendientes” con Bolivia, representa, a juicio de La Paz, la consagración del incumplimiento.

“En 2011, Chile liquidará 130 años de esperanzas de los bolivianos”, según la profesora Monique Chemillier-Gendreau, que forma parte de la delegación boliviana, quien justificó la obligación jurídica de Santiago de negociar en base a declaraciones políticas, notas diplomáticas y acuerdos.

El objetivo de La Paz es que los magistrados logren el regreso a la “mesa de negociación” de su contraparte chilena, pero “no le pide” a la CIJ, creada en 1945 para resolver disputas entre Estados, que fije “las modalidades específicas del acceso soberano al mar”.

“Vieja deuda”

Con el inicio de los alegatos de Bolivia durante dos días, esta histórica disputa entre ambos países ante la CIJ entra en su última fase antes de fallo, que suele llegar meses después. Chile cerrará esta fase el 28 de marzo.

La tesis de nuestro país, es que si bien, a lo largo de su historia, ha dialogado con Bolivia para mejorar su acceso al Pacífico, no lo ha hecho como un reconocimiento de una obligación jurídica pendiente, sino como un acto de buena vecindad.

Actualmente, Bolivia puede utilizar los puertos marítimos chilenos, tal como prevé el Tratado de Paz de 1904, donde “Chile reconoce en favor de Bolivia, y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico”.

“El régimen de tránsito comercial no es exactamente un cuento de hadas”, apuntó Rodríguez Veltzé, máxime cuando Bolivia denuncia los efectos económicos negativos cuando ese tránsito se ve afectado por huelgas de funcionarios de aduanas o puertos chilenos.

Según Payam Akhavan, especialista en derecho internacional y consejero de Bolivia, “un derecho de tránsito comercial no significa un acceso soberano” al océano Pacífico como reclama Bolivia, junto a Paraguay, los únicos países del continente americano sin costa.

“Esta es una vieja deuda que necesita ser saldada”, dijo Amancay Colque, mientras sostenía una gran bandera frente al Palacio de la Paz, sede de la CIJ, y adonde se desplazaron una veintena de activistas bolivianos desde toda Europa.

Retorno del mar

La expectación es alta. El presidente boliviano, Evo Morales, quien aspira a su reelección en 2019 en un continente cuyos gobiernos viran hacia la derecha, se desplazó incluso a La Haya como parte de la delegación boliviana, algo inusual.

Morales entró en el Palacio de la Paz sin hacer declaraciones, si bien minutos antes del inicio de la sesión subrayó en Twitter que “el retorno al mar será conquista de la dignidad de los pueblos”.

“Chile ha conversado y seguirá conversando con Bolivia. Pero hay un tema que no está sujeto a conversación que es el territorio chileno y el ejercicio de la soberanía de Chile sobre esos territorios”, dijo a los periodistas el representante chileno Claudio Grossman al término de la audiencia.

Más allá de ambos países, que sólo tienen relaciones a nivel consular desde 1978 tras un fallido acercamiento, los alegatos y la futura decisión del tribunal también serán seguidos de cerca en Perú, país aliado de Bolivia en el conflicto del siglo XIX.

Perú firmó un acuerdo con Santiago en 1929 que establece que debe ser consultado, si Chile decidiera ceder en algún momento a Bolivia un territorio que fue peruano antes de la guerra.

Chilenos y bolivianos enfrentan un segundo proceso en trámite en la CIJ, por el uso de las aguas del Silala. Para Chile, que presentó en 2016 la demanda, es un río internacional, mientras que Bolivia lo considera un manantial que le pertenece.

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