El pasado 28 de marzo los artistas visuales egresados del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Paulina Olguín y Ricardo Donoso, inauguraron la muestra bipersonal El Silencio Después, en el Centro Cultural Estación Mapocho. Una exposición en la que apelan al poder de la memoria personal, a través de técnicas en trabajo textil y pintura al óleo.
“Este proyecto se viene gestando como idea desde nuestra etapa formativa en el DAV, ya que ambos producimos desde la reflexión en torno a la memoria, nostalgia, cotidianidad y técnica, pero desde dos disciplinas distintas. Es por esto que nos pareció necesario que las obras se encontraran y dialogaran para generar un ambiente alusivo al recuerdo pero desde las relaciones emotivas”, indicó Paulina Olguín.
De esta forma ambos artistas trabajan desde el intento de recordar y reconstruir recuerdos a partir de la revisión de imágenes del álbum familiar y luego hacia otras que pueden o no pertenecer al mismo.
Así en El Silencio Después, Ricardo Donoso exhibe Nostalgia de lo Improbable, una serie de pinturas al óleo de pequeño formato y de dimensiones variables, en donde las imágenes por medio de veladuras y superposición de capas, van revelando imágenes que se inscriben dentro de los posibles recuerdos que se generan al revisar un álbum familiar. El artista le da un tratamiento pictórico a sus cuadros que oscilan entre la expresividad de la mancha y los personajes que van esbozándose entre las mismas.
Paulina Olguín presenta Ejercicios de la Reconstrucción Emotiva, una serie de bordados, tejidos, volúmenes y restos de materiales textiles, en donde las materialidades predominantes son telas y pelo humano. “Con esto intento revelar el ejercicio de recordar y re pensar los recuerdos, momentos, imágenes y materialidades. La técnica también juega un rol fundamental, pues considerando que las técnicas textiles requieren de largos periodos de trabajo, quiero invitar a reflexionar en los tiempos que se le dan en una sociedad acelerada a la reflexión de la historia personal”, contó.
El Silencio Después se presenta como una invitación a detenerse en el estado contemplativo y silencioso de recordar, haciendo un recorrido por los inciertos y nebulosos caminos de la memoria. “De esta forma esperamos que el espectador sienta que va a sus propias memorias y recuerdos de un tiempo pasado que atesora”, concluyeron los artistas.
La exposición podrá ser visitada hasta el domingo 13 de mayo, de 11.00 a 20.00 horas (martes a domingo) en la Galería Bicentenario del Centro Cultural Estación Mapocho. La entrada es liberada.
Corpórea en PAC
Natalia Ávila, Alonso Arraño, Kimberly Cereceda, Paula Durán, Catalina Muñoz Enrique Román y Yordan Quiroz, son los egresados del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile que dan vida a la exposición grupal Corpórea, Siete aproximaciones al cuerpo, que se inauguró el pasado 9 de marzo en la Casa de la Cultura Concejal Eduardo Cancino Cáceres, perteneciente a la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda.
La muestra reúne dibujos, performance, grabados y orfebrería que proponen una mirada respecto del cuerpo y la capacidad de éste para verse transformado, mutado y correlacionado con los elementos que lo sostienen.
“No siendo pie forzado, decidimos poner al cuerpo como punto de conexión y nos condujimos por esta línea cada uno en su disciplina y abarcando estas diferentes técnicas. No es de sorprender que nos interese el cuerpo, puesto que es un tema infinito y vasto, de gran potencial retórico y conocido de forma somática”, afirmó Enrique Román, artista y gestor de la muestra.
De esta forma el egresado Alonso Arraño presenta Artrodesis (vaciado en yeso) y Artrodesis VII (litografía), obras que tratan sobre la corrección que debe sufrir el cuerpo para acomodarse a estándares apropiados a través de elementos metálicos, que son usados para hacerlo coincidir con lo identificado como normal. A ellas se suma 15 millas náuticas, que busca poner al límite la matriz de impresión, reproducir un rostro, un cuerpo, una y otra vez, hasta que se deforma la forma original y se convierte en un elemento irreconocible.
Por su parte Natalia Ávila exhibe una serie de fetos dentro de frascos a modo de registro y archivo. “Luego de realizar una pasantía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, surge el recuerdo, la experiencia y la búsqueda constante de plasmar la vida/muerte, tanto de lo que observaba, como también de lo que para mí se esconde tras el metal”, contó la artista sobre su obra, que además aborda inconscientemente el desplazamiento que se produce del dibujo plano sobre papel a trazos volumétricos sobre cobre, creando así una técnica y visión propia de lo experimentado. La memoria de lo experimentado aquí es fundamental.
Órganos se titula una de las obras que la egresada Kimberly Cereceda presenta en Corpóreay que consiste en la unión entre órganos humanos y piedras amatistas. A ella se suma Des-aparecer, un dibujo hecho con pelo en la tina de un baño, traspasado a la placa de metal que cuestiona las relaciones de lo femenino y la intimidad, “lo que nos configura como mujeres a través de aquello que negamos y escondemos ¿Aparecemos o desaparecemos? Dependemos del punto en que nos miremos”, adujo la artista.
La artista visual, Paula Duran aborda los estándares de belleza que la historia y la sociedad han creado. Así surge Abyecto, que destapa lo que la sociedad considera defectos, acercando al espectador a la esencia del cuerpo humano: la imperfección.
Catalina Muñoz-Quevedo exhibe Formas que podemos identificar plenamente (2018), un trabajo que “nace a partir de la necesidad de querer plasmar cómo es que el cuerpo es capaz de llevarnos a espacios recónditos de nuestra mente, lo que llamo memoria del cuerpo: un olor, una textura, fundidos dentro de una amalgama de sensaciones etéreas muy nuestras y particulares. Esta obra habla de ello y trata de hacer visibles inscripciones que tengo, que tenemos, y que con alguna –quizás- se sientan identificados e identificadas. Todo deja un rastro”, explicó.
Vino a mí en un sueño, es la performance que Yordan Quiroz presenta en la muestra Corpórea. Para él, la performance es, en vez de pintar un cuadro, convertirse uno mismo en la pintura. Ser la obra misma. “En esta acción me transformo en un ser que solo existe en pesadillas. Lo construyo con piezas de computadores viejos y otras cosas recicladas”, contó Quiroz quien además presenta Cornillitos, dondesucede lo mismo, pero esta vez convirtiéndose en un vampiro que sale a jugar al cerro Santa Lucía.
Por último, el artista visual y gestor de la exposición Corpórea, Enrique Román, exhibe Estudios de cuerpo, una recopilación del proceso de dibujo que desarrolla desde el 2015 hasta hoy. Con esto el artista intenta descubrir el cuerpo a través de sus elementos más significativos e identificables. La idea es generar un proceso de simplificación a través de la línea que ocupa, en este caso, como unidad fundamental para la construcción de este intento de lenguaje similar al desarrollo de líneas propias del rayado ilegal.
Asimismo Román exhibe Tres estudios para una proposición, consistente en planchas de plumavit intervenidas con spray de manera similar al desarrollo de líneas en estudios de cuerpo, buscando llegar a ser identificados rápidamente como elementos corpóreos por su aspecto óseo.
“El rayado callejero es frágil en su calidad situacional y su permanente posibilidad de ser eliminado, esta obra demuestra esta fragilidad, en cambio, en su calidad material”, dijo el artista que además presenta Tres fases de un mismo, que son tres etapas de una placa de cobre trabajada durante el 2017 y que demuestra cambios en su configuración a medida que avanzaba el proceso.
Corpórea podrá ser visitada hasta este lunes 9 de abril en Casa de la Cultura Concejal Eduardo Cancino Cáceres. Paseo Grohnert #5510, Villa Sur, comuna de Pedro Aguirre Cerda. La entrada es liberada.