“Se requiere ir avanzando gradualmente en ambos sistemas. Una reforma a las isapres tiene implicancias en Fonasa y un fortalecimiento de este lo tiene en el mercado de las isapres”.
El texto, extraído de una minuta de trabajo a la que accedió el diario La Tercera, explicita la línea de trabajo del gobierno de Sebastián Piñera en el área. Según indica el mismo documento, una reforma integral tiene “un costo político e implica un desgaste energético con mal presagio”, disminuyendo las posibilidades de éxito al tomar ese camino.
Lo que plantean, en cambio, es un escenario de transición que se iniciaría durante esta administración y finalizaría en ocho años más. La idea es llegar a un modelo denominado Seguro Social de Salud.
Se trabajará en la “modernización de Fonasa”, cuyo centro está puesto en dejar “el rol de caja pagadora”, para convertirlo en un asegurador público de la salud de sus 14 millones de afiliados.
En el documento se deja ver también la clara intención de potenciar el modelo de trabajo público-privado, para el sistema de compras del Fondo Nacional de Salud. En ese sentido, sostienen que la idea es convertirla en una entidad que “compra en forma eficiente a los prestadores -públicos en primer lugar, pero privados si es necesario- para cumplir con su rol de garantizar soluciones de salud a sus asegurados de forma oportuna, resguardando el acceso y la calidad”.
El plan igualitario
Se propone trabajar en un Plan Universal de Salud, donde las isapres ofrezcan coberturas de 80 por ciento para las prestaciones hospitalarias y un 60 por ciento en ambulatorias. Fonasa, por su parte, llegará a ese camino adecuando el plan de salud de la entidad.
La idea, según explican, es que terminado el periodo de transición, el afiliado pueda optar por uno u otro sistema, no existiendo diferencias en el plan que ambas ofrecerán.
¿Cómo competirá Fonasa en este mercado multiseguros?, es una de las incógnitas que deja este plan.