“El tipo puede cambiar de todo: puede cambiar de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios… pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín… ¡no puede cambiar de pasión!” esta línea de la película argentina “El secreto de sus ojos” puede resumir en parte lo que significa el fútbol para el vecino país. Una pasión que trasciende cualquier actividad y que durante estas semanas se ha hecho más patente dado la actuación que ha tenido la albiceleste en la Copa del Mundo.
La selección de Jorge Sampaoli no ha hecho un buen Mundial. Las expectativas estaban altas considerando la riqueza del plantel que poseen y por el hecho de que Rusia quizá sea la última oportunidad que tenga una de las más importantes figuras de la historia del fútbol, Lionel Messi, para ganar un torneo de este calibre.
Pero lo cierto es que el equipo no caminó en los primeros dos partidos y tuvo que llegar el encuentro con Nigeria para definir si la albiceleste lograría meterse entre los 16 mejores equipos de Rusia 2018.
El partido
La Selección argentina disputó un partido para el infarto, estuvo a un puñado de minutos de quedarse afuera del Mundial de Rusia y finalmente le ganó a Nigeria por 2-1 gracias a una sorprendente aparición en el área de Marcos Rojo. Así, los de Jorge Sampaoli continúan con vida en la competencia, avanzaron a octavos de final y se medirán con Francia.
La urgencia por la victoria denotó motivación en el conjunto albiceleste, aunque en los primeros minutos se mostró equilibrado para atacar sin desesperación y manejar el balón de manera pensante.
Nicolás Tagliafico apareció como alternativa a partir de su proyección y su disparo, desviado al fin, fue el primer remate argentino del partido. Lionel Messi, como se esperaba, fue el más buscado, pero la otra llave que pareció arrancar imprecisa tuvo el toque mágico para que su equipo rompiera el cero.
Ever Banega lanzó un pelotazo largo, La Pulga ganó las espaldas de los defensores africanos y, luego del control con su zurda, disparó cruzado con la diestra para vencer a Francis Uzoho.
Javier Mascherano mantuvo el orden, Enzo Pérez destacó por su esfuerzo y Marcos Rojo conservó la tranquilidad en el fondo. Gonzalo Higuaín, por su parte, encontró una sola chance en la que, asfixiado por la rápida acción, remató pifiado y chocó con el arquero.
Pese al mejor momento de Argentina y a que llegarían buenas noticias desde el Rostov Arena, por el gol de Croacia sobre Islandia, un penal cobrado por el árbitro Cuneyt Cakir por un agarrón de Javier Mascherano a Leon Balogun, tras un centro desde el córner izquierdo, derivó en el tanto de la igualdad de Victor Moses, quien superó sin problemas a Franco Armani.
El elenco de Jorge Sampaoli se desdibujó con el correr del tiempo, encontró puntos bajos en Ángel Di María y una desconexión de Higuaín. El técnico le dio entrada a Cristian Pavón, se desprotegió en la defensa y corrió riesgos ante la velocidad de los nigerianos.
Cuando los minutos se diluían y Argentina no sabía cómo entrar al área nigeriana, una conexión entre Gabriel Mercado por derecha, con su centro al medio, encontró el remate -como venía- de Rojo con su pierna menos hábil, la diestra, para mandar el balón al fondo del arco y generar un estallido ensordecedor en San Petersburgo.
Como nunca una sola camiseta
Argentina es uno de los países que tiene las mayores rivalidades a nivel futbolístico del planeta. Los de River y Boca no se pueden ni hablar, lo mismo pasa con los seguidores de Independiente y Racing o de Rosario Central y Newell’s. Pero en la previa del partido con Nigeria, como nunca, los argentinos se unieron en una sola camiseta.
“La pasión por el fútbol en Argentina va desde que uno nace. Desde chiquitos que a uno le inculcan un club y la importancia de competir. Y a medida que uno crece se va nutriendo de esa pasión, nadie quiere pedir, siempre Argentina ha sido muy competitivo en todo lo que hace y eso lo lleva a crecer permanente con esa pasión”, señala Diego Rivarola, ex delantero argentino de la Universidad de Chile.
Lo cierto es que esa pasión viene desde el siglo XIX en Argentina, cuando a fines de esa centuria, los inmigrantes ingleses que llegaron para trabajar en la empresa de ferrocarriles trasandina se encargaron de diseminar por todo el territorio argentino la pasión por el balompié.
“Fue un deporte que rápidamente se hizo muy popular entre los criollos y la población local. Además, es un deporte muy barato entonces se podía practicar en cualquier lugar y por cualquier clase social”, explica Pablo Lacoste, analista internacional argentino de la Universidad de Santiago de Chile.
Es tan popular el deporte en Argentina, que de acuerdo a un estudio realizado en ese país 7 de cada 10 argentinos se mostraron apasionados por el fútbol y de ellos, un 65 por ciento cree que la hinchada es fundamental a la hora de decidir un resultado.
Del mismo estudio se desprende además que un 63 por ciento de la población argentina considera que es imperdonable que un jugador no “transpire” la camiseta de su equipo o perder un clásico. Un 38 por ciento considera que caer ante el tradicional rival es algo intolerable.
La dopamina siempre presente
De acuerdo a investigadores de la Universidad de Coimbra en Portugal, los sentimientos despertados, el mecanismo de expresión entre una persona enamorada y un apasionado por el fútbol simulan la misma naturaleza.
“El fútbol despierta emociones, a veces irracionales, que cruzan la frontera entre el amor tribal y el fanatismo”, expresó la institución en un comunicado. El estudio comprobó que los circuitos cerebrales que se activan en los hinchas del fútbol son los mismos que en los románticos enamorados.
Miguel Castelo-Branco, uno de los responsables de la investigación, junto a Catalina Duarte y Ricardo Cayolla, explicó que ante situaciones de emociones positivas -un gol, una jugada destacada o el resultado final de un partido- se desprenden en el cerebro regiones similares del córtex frontal, en donde se libera dopamina a modo de recompensa. “Hemos podido comprobar que los sistemas neuronales que se activan son muy semejantes al del amor romántico”, sentenció.
El análisis científico determinó que, incluso, la amígdala cerebral que regula las emociones se enciende más en los futboleros que en aquellos enamorados que profesan devoción romántica o de pareja. La investigación sugirió a la vez que “la pasión tiende a prevalecer sobre los contenidos más negativos como, por ejemplo, la derrota contra un rival, ya que las experiencias menos deseadas tienden a ser suprimidas de la memoria emocional”.
Castelo-Branco emparentó la condición negativa de la exageración o el fanatismo por el amor: al igual que el romántico, la pasión por el fútbol puede convertirse en obsesión y nublar el comportamiento racional.
Germán Diorio, psicólogo del plantel profesional de Vélez Sarsfield y autor del libro “El psicólogo del club”, analizó la naturaleza de esta teoría de similitudes: “Creo que hay puntos de contacto, pero no son amores exactamente iguales. Tiene que ver con el factor social, con los factores hormonales y emocionales”. En el contexto de las emociones, el profesional concede la irrefutabilidad de esta semejanza. Aunque cuestiona la generalidad de esta teoría y advierte que el hincha pasa fácil la transición del amor-odio, considera que los enamorados del fútbol viven “como si estuvieran en un estado de enamoramiento permanente”.
Sampaoli “kirchnerista”
No son días tranquilos en Argentina a causa de los problemas económicos que existen en ese país y que se han agudizado durante la administración del empresario Mauricio Macri. De hecho, la CGT, principal entidad sindical del país convocó a un paro nacional durante la jornada de ayer que tuvo gran convocatoria.
El fútbol no es ajeno a esa situación y siempre sirve como termómetro para determinar la pulsión que existe dentro de la sociedad. Para el sociólogo Pablo Lacoste, la situación actual de la selección argentina golpea con mayor fuerza a la figura de Cristina Fernández que a Mauricio Macri, dado que al ex técnico de la Universidad de Chile se le vincula con ese sector político.
“Luego de la derrota ante Croacia la frase con mayor búsqueda en internet de Argentina fue “Sampaoli kirchnerista”, la prensa ha sido especialmente salvaje con el director técnico y se le ha acusado de ser el responsable principal del rendimiento argentino”, agregó el analista.
No fueron días fáciles para la selección argentina. En el horizonte aparece Francia y probablemente, al igual que este martes, el pueblo argentino olvidará todos sus problemas, carencias y diferencias para fundirse en un solo amor, una sola pasión, la pasión por la albiceleste que nuevamente estará entre las mejores selecciones del mundo.