Hace casi tres años, los realizadores Carolina Adriazola, José Luis Sepúlveda y el periodista Claudio Pizarro comenzaron a trabajar en un proyecto ligado a la figura de Juan Carlos Avatte, descendiente de inmigrantes italianos cuya familia inauguró en 1928 una particular tienda de pelucas en Santiago.
De esta manera, los cineastas lograron registrar los espacios más íntimos del empresario conocido como “el Rey de las pelucas”. Su rol como patriarca del clan Avatte, su lazo con las figuras del espectáculo de la época y sus vivencias durante dictadura fueron algunas de las dimensiones abordadas.
Este proceso, finalmente, dio vida al documental Il Siciliano, cinta que se estrenará el próximo jueves en diferentes salas del país y que ya ha sido reconocida con el premio al Mejor Largometraje Nacional en el Festival Internacional de Cine de Chiloé.
Según comenta Claudio Pizarro, uno de los directores del documental, Avatte fue un personaje que de inmediato les causó extrañeza, sobre todo, por su personalidad y el origen de sus amistades y socios.
“Cuando comenzamos a conocerlo más íntimamente notamos que él no sólo era un personaje extravagante, sino que también la gente que iba a sus fiestas era notoria. Él tenía una personalidad bien fuerte. Se vinculaba con todo tipo de personas”, comenta el periodista.
“Hay que entender que Avatte venía de la época del Bosco, donde se juntaba la gente de la bohemia, los artistas, intelectuales, ladrones, detectives, policías y periodistas. Entonces, él era transversal en sus relaciones”, agrega.
De ahí que Avatte comercializara sus productos, sin discriminación, entre famosos, integrantes de Sábado Gigante, ladrones, militantes de izquierda y agentes de la CNI.
“Avatte le vendió, por ejemplo, pelucas a un tipo que le decían ‘El loco Pepe’, quien era un asaltante de bancos. La ‘Mujer Metralleta’ también le compró una peluca. O sea, él estaba en un negocio donde la historia de Chile también pasaba”, comenta Pizarro.
Su roce llegó a tal punto que, según comentó el vendedor de pelucas, la misma DINA llegó a golpear sus puertas. “Avatte decía que el ‘Mamo’ Contreras fue a su tienda para decirle que hiciera una lista con la gente que le compraba pelucas, a lo que él se negó. De hecho, Avatte lo increpó diciéndole que ganaba cien más que él”, relata el periodista.
Pero también hubo otras anécdotas. Una de ellas se ligó al cineasta Miguel Littín, quien para entrar a Chile, de forma clandestina durante dictadura, debió camuflarse con los productos Avatte.
No obstante, Il Siciliano no se limita a la figura de Juan Carlos Avatte. Esto ya que según sostiene Pizarro, otro de los puntos abordados es el “padrinaje” en Chile.
“Aquí todavía existen padrinos. En la política hay padrinos como Julio Ponce Lerou, en la farándula hay padrinos, en la televisión, en el deporte. Entonces, por ahí va nuestro juego estético: queríamos mostrar un poco ese mundo. Avatte no era un multimillonario pero ejercía ese poder a través de esos códigos de padrinaje y esos códigos todavía están presentes. Esto es algo que continúa y ese es un poco el simbolismo y la mirada política de la película”, concluye Pizarro.
Coordenadas
Il Siciliano llega a los cines locales en el marco del programa Miradoc. En este sentido, se exhibirá en el Teatro Condell de Valparaíso, la Cineteca Nacional de Chile y el Centro Cultural Casona Nemesio Antúnez, entre otros.
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