Un portavoz de la oficina de gestión de catástrofes de la prefectura de Okayama, explicó que la situación era muy difícil de evaluar. Las lluvias han provocado crecidas excepcionales, deslizamientos de tierra e inundaciones, dejando atrapados a numerosos habitantes, a pesar de las órdenes de evacuación de las autoridades locales para más de 2 millones de personas de personas, según informaron las autoridades.
Unos 54 mil integrantes de los equipos de bomberos, de la policía y de las Fuerzas de Autodefensa (nombre del ejército japonés) fueron desplegados en las zonas afectadas pero afrontan grandes dificultades por los problemas de acceso en algunos lugares, mientras los equipos de emergencia intentan salvar a vecinos refugiados en los tejados de sus casas.
Las lluvias superaron un metro en 72 horas en varias regiones. La agencia de meteorología estimó que niveles semejantes no se habían alcanzado en varias décadas, calificando las lluvias de “terribles” y advirtiendo que se extenderán hasta el domingo.
Las fábricas (Panasonic, Mitsubishi Motors, Mazda) se han visto obligadas a detener sus cadenas de producción al igual que empresas de servicios como Amazon.