En el poder desde 2003, en un comienzo como primer ministro y luego como presidente, Erdogan, de 64 años de edad, fue reelegido cómodamente el 24 de junio, desde la primera vuelta con un 52,6 por ciento de los votos, lejos de sus adversarios.
Erdogan jurará y luego presidirá una ceremonia en el palacio presidencial, dando inicio a una nueva era en la historia moderna de Turquía con el paso a un sistema presidencial, tras una reforma constitucional adoptada con un estrecho margen por referendo en abril del año pasado.
Bajo este nuevo sistema, el conjunto de los poderes ejecutivos están en manos del presidente, que podrá promulgar decretos presidenciales.
“En nombre de la lucha anti-terrorista, Erdogan puede utilizar los decretos presidenciales para continuar las purgas y los arrestos. Todo ello sin necesidad de recurrir al estado de emergencia. La situación de las libertades políticas, que no estaba en buen estado en Turquía, corre el riesgo de empeorar aún más en los meses y años que vienen. Esto es muy preocupante”, dijo a RFI Didier Billion, director adjunto del IRIS, Instituto de Investigación Internacional y Estratégico de París.
La semana pasada, más de 18 mil personas fueron despedidas en Turquía por un decreto ley publicado en el Diario Oficial el domingo, en su mayoría miembros de las fuerzas de seguridad, pero también docentes.
Las purgas tendrán “una nueva dimensión”, según Asli Aydintasbas, experta del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales. “El sistema judicial estará controlado por Erdogan, las libertades civiles e individuales serán limitadas”, agregó.
Según el Diario Oficial, 18 mil 632 personas, 9 mil de ellas funcionarios de policía y 6 mil miembros de las fuerzas armadas, fueron despedidas en virtud del decreto publicado el domingo, presentado a los medios como el último antes del probable levantamiento del estado de emergencia el lunes.
Además, también fueron despedidos cerca de 1 mil trabajadores del ministerio de Justicia y 650 del Ministerio de Enseñanza.
Este decreto ley es presentado como el último dentro del marco del estado de emergencia, instaurado al día siguiente del golpe de Estado fallido de julio de 2016, y que ha sido prolongado sin interrupción desde entonces.
Los medios turcos afirman que las autoridades levantarán este régimen de excepción el lunes, después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan, reelegido el 24 de junio para un nuevo mandato, preste juramento.
Desde hace dos años Erdogan estaba casi permanentemente en campaña, primero para que se apruebe la reforma y luego para las elecciones que inicialmente debían celebrarse en noviembre de 2019.
Durante este periodo, el mandatario instauró una política implacable contra la oposición en el marco de las purgas tras el fallido golpe de Estado de julio de 2016, seguido de una represión que tensó las relaciones con Occidente.