En 1968 Pablo Neruda adquirió un terreno de 4,3 hectáreas emplazado en el balneario de Punta de Tralca. El objetivo era inaugurar en el sector una fundación que llevaría por nombre “Cantalao” y que además, debía ser capaz de acoger a diferentes artistas nacionales.
Sin embargo, la irrupción de la dictadura cortó de raíz los planes. Con ello los bocetos que habían sido diseñados para el proyecto cultural fueron olvidados, mientras que el sitio se convirtió en un lugar vacío de toda actividad artística.
No obstante, recientemente fue estrenado en la Cineteca Nacional de Chile y en el Cine Arte Alameda el documental Cantalao: El secuestro del legado de Neruda, película que a través de diversas entrevistas intenta reconstruir la historia de aquel sueño inconcluso del Premio Nobel.
Diego del Pozo, director de la cinta, señala que el documental surgió en 2012, frente a una necesidad personal de resignificar la imagen del poeta: “Me pareció un gesto muy noble de parte de Neruda esto de dejar un legado para los futuros creadores. Además, la Fundación Cantalao me pareció que era una nueva forma de acercarme a Neruda y también, de alguna manera, de debatir en torno a esa figura inmovilizada que hay de él, de culto al ego”, sostiene.
“Luego, también nos pasó que Cantalao se convirtió en una metáfora más grande. O sea, lo sucedido con el proyecto de Neruda y con su legado póstumo nos sirvió para ensayar en relación a lo que ha sido la historia de Chile durante los últimos 40 años. Es decir, lo que hicimos fue presentar todo lo que ha sucedido con Neruda y su Fundación Cantalao; cómo ha evolucionado hasta hoy y cómo se desarrolla la cultura en un modelo económico donde hay políticas heredadas de la dictadura”, añade.
Por ello, el documental suma diversas voces entre las que se encuentran Carlos Martner, Miguel Lawner, Virginia Vidal y Faride Zerán, ente otros.
El proyecto nerudiano
La Fundación Cantalao fue un proyecto que tiene sus orígenes en los años 60. Pese a ello, según advierte Diego del Pozo, la iniciativa rondó a Neruda desde mucho antes.
“Inicialmente Cantalao viene de la literatura, porque la palabra Cantalao aparece por primera vez en la única novela de Neruda: El habitante y su esperanza (1926). Para Neruda éste era un espacio mítico, tal como podría ser el Macondo de García Márquez. Luego, varios años después, Neruda recogió este nombre que también habla de un hastío en torno a su propia figura, es decir, la fundación no se llamará Pablo Neruda, sino Cantalao”, dice el director de la cinta.
Pero a fines de 1972 el proyecto adquirió un carácter formal. “Inicialmente se habían convocado a los rectores de la Universidad Católica, el de la Universidad de Chile, de la UTEM y la USACH. También se había llamado a un representante de la Sociedad de Escritores y a un representante de la CUT más dos personas designadas por Neruda como parte del consejo de administración de esta fundación”, explica el director del documental.
A su vez, señala: “Para el Golpe de Estado el proyecto estaba bastante avanzado, se proyectaron los planos y toda la parte legal estaba lista. Según los planes, se empezaba a construir a fines del año 73. Obviamente la dictadura y la muerte de Neruda le pusieron un fin dramático a la fundación. Luego, en el momento que comienza la dictadura, no había alguien que fuera a defender los intereses de Neruda. O sea, la gente de izquierda había sido asesinada, era perseguida o estaba en vías del exilio y, entonces, durante la dictadura aparece un proceso oscuro en el cual no se gesta nada”.
Actualmente, el lugar funciona como mirador y parque ecológico. Sin embargo, aún conserva una pequeña cabaña que fue construida por orden de Neruda. También existe un ancla, que fue instaurada en el lugar en 2014, y un memorial. “No funciona como un espacio cultural ni siquiera aparece mencionado el proyecto que tenía Neruda. O sea, uno va allá y ni siquiera sospecha que ese terreno perteneció al poeta”, explica del Pozo.
Coordenadas
Luego de su estreno en Santiago, el documental también será exhibido en Arica, Valparaíso, Chillán, Valdivia, Puerto Varas, Puerto Montt y Coyhaique.
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