Editorial: La importancia de la radio pública

Quienes nos desempeñamos en Radio Universidad de Chile comprendemos que la nuestra es una tarea pública. Que debemos ser un espacio abierto para difundir desde acá los múltiples esfuerzos que realiza nuestra casa de estudios, pero no para hablar entre nosotros, sino para poner ese trabajo al servicio de la construcción de una sociedad mejor.

Quienes nos desempeñamos en Radio Universidad de Chile comprendemos que la nuestra es una tarea pública. Que debemos ser un espacio abierto para difundir desde acá los múltiples esfuerzos que realiza nuestra casa de estudios, pero no para hablar entre nosotros, sino para poner ese trabajo al servicio de la construcción de una sociedad mejor.

Radio Universidad de Chile está iniciando una nueva etapa. En estas circunstancias quienes trabajamos aquí -periodistas, radiocontroladores y administrativos- renovamos nuestro compromiso con este proyecto editorial, al mismo tiempo que comprometemos nuevos esfuerzos por dar lugar a las demandas y debates que han surgido en la sociedad chilena en el último tiempo. No lo hacemos porque algo especial radique en nuestras personas, sino porque estamos en un lugar donde la tarea es contribuir desde la Universidad de Chile y desde el periodismo al fortalecimiento de lo público.

Este propósito es especialmente necesario en el Chile de 2018: la inexistencia de una política estatal de medios de comunicación ha dejado este campo a disposición de los grandes intereses económicos. Por eso, aquí suceden cosas que en muchos países están prohibidas o al menos reguladas: grandes fortunas que intentan controlar el sentido común a través de canales, dos consorcios de diarios que son dueños de casi todos los periódicos del país, propietarios que pueden ostentar canales, radios y otros medios sin ningún límite, cadenas internacionales que se pueden apoderar, como sucede en la Región Metropolitana, de la mayoría de las radios en FM.

Las consecuencias de todas estas realidades no son asunto del periodismo ni de los periodistas, sino de la sociedad toda. Porque en estas condiciones desaparecen los sindicatos y las huelgas de los medios de comunicación; los conflictos entre las comunidades y los proyectos extractivistas no llegan a los grandes espacios de discusión política; las demandas estudiantiles, feministas y mapuches son descontextualizadas y no se dan a conocer en sus causas profundas; y los académicos y expertos quedan fuera de los lugares donde podrían ayudarnos a comprender mejor lo que ocurre en nuestro tiempo.

Tampoco hay espacio para el imprescindible vínculo entre las noticias y su causa estructural. Para que se entienda, por ejemplo, que la polémica por la construcción de viviendas sociales en la Rotonda Atenas está directamente vinculada con usted, que nos escucha a esta hora mientras viaja desde Puente Alto a su trabajo en Las Condes y debe ocupar tres o cuatro horas diarias en ello. Porque el tema, aquí, no es el alcalde Lavín sino la conciencia colectiva del derecho a la ciudad y a la calidad de vida.

El periodismo público es, por lo tanto, un asunto de primera importancia política.

En Chile no existen medios bajo directo cobijo del Estado, salvo TVN, que en las actuales circunstancias tiene las alas maniatadas para cumplir con la misión que le corresponde. Así, las radios universitarias han pasado naturalmente a ocupar el espacio que en otros países corresponde a las radios públicas.

Quienes nos desempeñamos en Radio Universidad de Chile comprendemos que la nuestra es una tarea pública. Que debemos ser un espacio abierto para difundir desde acá los múltiples esfuerzos que realiza nuestra casa de estudios, pero no para hablar entre nosotros, sino para poner ese trabajo al servicio de la construcción de una sociedad mejor. Que debemos darle a las organizaciones sociales de distinto tipo la voz que en otras partes se les niega. Que debemos explicitar que la reflexión crítica es la condición y no una opción en el periodismo. Que nuestra tarea no puede depender de la presión o de los intereses de un auspiciador.

Por eso es importante la radio pública. Y por eso pensamos que esta tarea no corresponde solo a los periodistas, sino que debe ser de primera importancia para todos quienes se inscriben en la importancia de lo público.





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