Pablo Neruda no murió de cáncer. Tampoco sufrió de una desnutrición “severa” como se dijo luego de su fallecimiento.
Esas fueron las conclusiones a las que llegó un grupo de investigadores nacionales e internacionales en octubre de 2017, luego de aplicar diferentes exámenes a los restos del Premio Nobel.
De forma sorprendente, los resultados de dichas pesquisas también arrojaron la existencia de una toxina que permitiría llegar a una conclusión definitiva.
Pero pese a estos avances, hoy la investigación se encuentra paralizada producto de una deuda que el Estado chileno tendría con dos laboratorios internacionales.
Los aportes de ambos centros de investigación habrían sido claves a la hora de dar con la nueva bacteria. Por lo mismo, desde la familia del poeta, señalan que es urgente que el Estado se haga cargo de la situación. Además, advierten que aún se requieren recursos para aplicar un último examen que sería fundamental para cerrar el caso.
“Este atraso está llevando perjuicios a la investigación. Falta un examen muy importante para el informe final y es un compromiso del Estado que debe cumplirse”, dijo a principios de septiembre, el abogado y sobrino del poeta, Rodolfo Reyes.
El examen faltante corresponde a un análisis de muestras de tierra de la tumba de Neruda. Este estudio tiene por objetivo descartar la presencia de la toxina en el sector. Si esto ocurre, se confirmaría que la bacteria fue propagada en el cuerpo de Neruda. De paso, la versión oficial sobre la muerte del poeta quedaría sepultada.
Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973 en la Clínica Santa María, es decir, hace exactamente 45 años. Su caso volvió a investigarse en 2011, cuando Manuel Araya Osorio, asistente del poeta, declaró que en el centro de salud, el poeta recibió una inyección ajena al procedimiento normal.
Más tarde, en 2013, el ministro en visita Mario Carroza ordenó la exhumación del cuerpo. Posteriormente, en 2015 un informe realizado por pedido de la Corte de Apelaciones de Santiago se inclinó por la tesis de que el poeta había muerto producto de una inyección que recibió. El origen de esta vacuna aún es desconocido por los investigadores.
De cara a la conmemoración de los 45 años del poeta, no obstante, desde la familia de Neruda advierten que es necesario generar una colaboración internacional para concluir las pesquisas. España y Suecia habrían confirmado su ayuda en esta cruzada.