Sólo tres días duró la posición del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien de amenazar al reino de Arabia Saudita ahora sostuvo a través de su red social favorita, Twitter, que debían ser considerados inocentes por la muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi.
El hecho ocurrió el 2 de octubre cuando el profesional opositor de la monarquía de su país acudió al consulado en la capital turca, Estambul. Desde entonces se desconoce su paradero.
Luego de las presiones de Washington y la Casa Blanca, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, se abrió a una investigación sobre el hecho e incluso permitió el ingreso de funcionarios de la policía turca al consulado argumentando que “no tenemos nada que esconder”.
Sin embargo, luego del rastreo realizado por especialistas de la policía turca, se habrían encontrado restos de sustancias tóxicas en la sede diplomática. El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sostuvo que la investigación avanza con varias pistas entre la que está el uso de estas sustancias que podrían haber provocado la intoxicación de Khashoggi.
En el registro de la residencia del cónsul, una vivienda que está muy cercana al edificio diplomático de Riad en Estambul, se habría solicitado por parte de la policía turca la apertura de una vivienda interior y un garage subterráneo. Pero la respuesta de los agentes sauditas fue negativa, por lo que la revisión fue suspendida.
Durante la jornada de ayer y en paralelo a las indagaciones de los agentes policiales, llegó a la capital de la nación peninsular el Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, quien se reunió con el rey saudita, Salman bin Abdulaziz Al Saud y con el príncipe heredero.
Lo conseguido luego de la reunión fue una declaración del Presidente estadounidense Donald Trump, quien sostuvo que “Acabo de hablar con el príncipe heredero que negó por completo tener conocimiento sobre lo que ocurrió en su consulado turco”.
Mientras Pompeo se traslada a Turquía donde se reunirá con las autoridades de ese país incluyendo a Erdogan, se espera que desde Arabia Saudita se emita un comunicado reconociendo la muerte de Khashoggi en un interrogatorio que se les habría escapado de las manos a agentes de inteligencia que estaban alterados.
Por otro lado, desde Naciones Unidas, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, emplazó a Turquía y Arabia Saudita a revelar todos los detalles que tengan sobre el hecho.
Al respecto, la representante del organismo multilateral recordó que las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales son crímenes graves bajo las leyes internacionales y que, por tanto, no puede usarse la inmunidad diplomática ni de la Embajada de Arabia Saudita en Estambul ni de los representantes de ese país para impedir la investigación sobre la desaparición del periodista.