En el octavo puesto del Índice Global de Pensiones Melbourne Mercer 2018 fue ubicado el sistema de pensiones chileno, situándose por sobre países como Nueva Zelandia, Canadá, Suiza o Irlanda.
El ranking, que se divide en categorías, ubicó a nuestro país en el segmento B, lo que significa que tiene un “sistema que tiene una estructura sólida con numerosas características positivas, pero tiene áreas de mejora que lo diferencia de un sistema de categoría A”.
El puesto no solo lo sitúa junto a países desarrollados, sino que lo posiciona como el mejor de América Latina, pues Colombia, Perú, y Brasil, estarían en una categoría más abajo que la de Chile, mientras que México y Argentina dos más abajo, en el segmento D.
El índice Global de Pensiones Melbourne Mercer 2018 se realiza anualmente, y en su versión de 2017 Chile estaba ubicado en el décimo lugar entre 30 naciones, por lo que en este año subió dos posiciones. Para la medición, el estudio toma en cuenta más de 40 indicadores, los que se agrupan en tres grandes categorías: adecuación, sostenibilidad e integridad.
El economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), Gonzalo Cid, explicó que, si Chile tiene un buen puesto en este ranking, es porque los indicadores que se utilizan no miden la calidad de vida de quienes reciben las pensiones: “En este ranking, lo que menos relevante aparece es si el monto de la pensión sirve para poder sustentar una vida digna o no a un jubilado, a ese factor le da una ponderación bastante baja y lo que releva mucho es la estabilidad económica, estabilidad financiera”.
Agregó que el fin principal de los sistemas de pensiones es entregar, precisamente, pensiones, por lo que aseguró que “cuando uno arma un ranking para medir si son buenos, el monto de la pensión y la suficiencia o no suficiencia del monto para generar una calidad de vida en los pensionados deberían ser unos parámetros esenciales”.
Gonzalo Cid señaló que, generalmente, la Asociación Gremial de Administradoras de Fondos de Pensiones suele celebrar la publicación de este ranking, ya que deja a las AFP´s bien posicionadas públicamente. “No es novedoso que lo revelen muchísimo porque es un ranking donde salen muy bien parados los países que tienen sistema de capitalización individual, pues los indicadores están diseñados para que ello ocurra”.
Además, aclaró que la posición del indicador no identifica que este sistema no funciona en Chile, pues “cuando la cantidad de recursos que se apropian las AFP´s y las compañías de seguro a través de las primas y las comisiones es más alto que lo que pagan en el sistema, estamos hablando de un sistema que, efectivamente, uno se da cuenta que los grandes privilegiados son las AFP´s y no los pensionados que deberían ser los que reciben los beneficios”.
Por su parte, Recaredo Gálvez, cientista político e investigador de Fundación Sol, indicó que la posición en este ranking no garantiza que las personas tengan pensiones dignas en nuestro país, y que, aunque suena prometedor estar el puesto número ocho, por las características financieras que tiene el sistema previsional chileno, es una muy mala posición: “Uno también podría pensar cómo un sistema como el nuestro, que es el más longevo en términos de cuentas individuales privadas y administradas de esta forma, no logra estar en el primer lugar”.
Agregó que esto tiene que ver con que otros sistemas similares a los de Chile han ido teniendo mejores regulaciones y más optimización por parte de los Estados, “entonces, al final del día, uno observa cómo dentro de una mirada financiera, que no mira lo que nos interesa que es el mejor resultado en materia previsional, aun así, nuestro sistema no está puntero, aun así, puede ser mejor”.
Esta no es la primera vez que nuestro país está dentro del top ten de sistemas previsionales, pues en 2016 ya se había ubicado en el noveno lugar, y en 2017, tras el ingreso de Noruega al ranking, se ubicó en la décima posición
Respecto de este posicionamiento, el doctor en Economía, Andras Uthoff, calificó la celebración del lugar de Chile como “una tontera”, pues dijo que la elaboración de estos puestos no pone atención en el contexto que se vive en cada país.
“Se refiere a una calidad de pensiones en abstracto, sin preocuparse del caso chileno. Para el caso chileno es insuficiente y habría que ver qué indicadores usan para calificarlos, pero la realidad chilena refleja una situación paupérrima y muy mala”.
La calificación en categoría B indica que el sistema tiene cosas que mejorar, y entre las que se señalaron están, justamente, las propuestas que se espera traiga la iniciativa de Sebastián Piñera.
La propuesta del Gobierno será presentada el próximo 29 de octubre, y entre los cambios que se esperan están el aumento del pilar solidario para mejorar las pensiones de las personas más vulnerables, sumado a un aumento de la cotización obligatoria de 10 por ciento a 14 por ciento, la incorporación de nuevos actores como, por ejemplo, cajas de compensación, y también la entrega de incentivos para postergar la edad de jubilación y así las personas se mantengan en el mercado laboral por más años.