El presidente Erdogan ha detallado este martes ante el Parlamento turco ciertos pormenores de la investigación sobre la muerte del periodista saudita Jamal Khashoggi, a la que calificó de “asesinato político”.
El mandatario afirmó que, según las pruebas disponibles, fue un crimen planificado y que ese plan comenzó a gestarse el 28 de septiembre, el primer día que Khashoggi acudió al consulado saudita para solicitar un certificado de estado civil y se le dio cita para el martes siguiente, ese 2 de octubre que fue asesinado.
En este espacio de cuatro días ocurrieron varias cosas, aseguró Erdogan, como la llegada de los dos equipos de agentes sauditas.
Por otro lado, el líder turco indicó que antes del crimen los sauditas implicados desactivaron el sistema de vigilancia y sacaron el disco duro del dispositivo que almacena la información.
Si bien Erdogan no ha sido tan prolífico en detalles como se esperaba -había dicho que revelaría la verdad en toda su crudeza- sí aseguró que Khashoggi fue asesinado de una manera “salvaje”.
Asimismo, el jefe de Estado turco ha pedido al rey saudita que ofrezca todos los datos a la investigación turca, incluyendo los nombres de posibles colaboradores locales y qué ocurrió con el cadáver que aún está desaparecido.
Del mismo modo, propuso que los dieciocho detenidos por las autoridades saudíes como presuntos implicados en el crimen sean enviados a Estambul para ser jugados en tribunales turcos.