Analista internacional augura un "significativo aumento de la violencia social" durante era Bolsonaro

En conversación con Radio Universidad de Chile, el cientista político Alexis Cortés aseguró que el presidente electo tendrá que demostrar su capacidad para crear alianzas si quiere llevar a cabo su programa ultraconservador, lo que hace prever un gobierno lleno de incertidumbre.

En conversación con Radio Universidad de Chile, el cientista político Alexis Cortés aseguró que el presidente electo tendrá que demostrar su capacidad para crear alianzas si quiere llevar a cabo su programa ultraconservador, lo que hace prever un gobierno lleno de incertidumbre.

Luego de 15 años de gobiernos de izquierda, a partir del próximo 1 de enero, Brasil dará un giro total hacia la derecha cuando el capitán en retiro del ejército, Jair Bolsonaro, asuma como presidente.

En las elecciones generales del domingo, el candidato del Partido Social Liberal derrotó por 55,2% de los votos contra 44,7% al representante del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, quien representaba la continuidad del legado de Lula da Silva en Brasil.

Su discurso ultraconservador y la amenaza de prohibir el marxismo por ley hacen prever que la era Bolsonaro se desarrollará llena de convulsiones y fuertes cambios en el país más grande de Sudamérica. Alexis Cortés, doctor en sociología por la Universidad de Rio de Janeiro, explicó a Radio Universidad de Chile que el resultado de los comicios en Brasil refleja el descontento social ante la crisis política que enfrenta el país, tras los casos de corrupción que terminaron con la destitución de Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Luiz Inácio Lula da Silva.

“Estamos ante un escenario bastante paradojal. Un escenario en el que los militares llegan al poder sin golpe de Estado. El resultado de esta elección es una expresión de la crisis política institucional que se vive en el país hace más de un año y de la que no se salía”, señaló.

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En ese contexto, el experto auguró un futuro de profunda incertidumbre. “No está muy claro cuál será la prioridad política de Bolsonaro. Es posible que se aplique alguna política de privatizaciones, aunque probablemente no tan profunda como había anunciado, porque las empresas estatales son un espacio que permite nombrar aliados e intercambiar favores políticos a cambio de apoyo en el Congreso”, dijo.

Para Cortés, lo más preocupante es que podría haber “un aumento significativo de la violencia política, tanto por su institucionalización como por la llegada al poder de una persona abiertamente autoritaria, antidemocrática, que cree que la tortura es algo factible, que está dispuesto incluso a premiar a los policías que ejecuten en las calles”.

 

Asimismo, apuntó a la continuidad de la violencia social que se manifestó durante el proceso eleccionario. “Eso se traduce en una situación bastante complicada para quienes quieran hacer oposición a este gobierno. Es posible que se arme una especie de persecución a cualquier forma de disidencia, sea política o social, sobre todo desde las minorías raciales y los activistas sociales”, enfatizó.

Fragmentación

Cortés precisó que uno de los elementos que va a dificultar la posibilidad de aplicar todas las promesas de Campaña de Bolsonaro es la fragmentación parlamentaria, ya que son 30 los partidos llamados a ocupar los escaños del Congreso. Se trata del Parlamento más fraccionado que ha tenido Brasil.

En ese sentido, el experto cree que Bolsonaro tendrá que poner a prueba su capacidad para formar alianzas que le permitan conseguir el apoyo necesario para sacar adelante su programa.”Es posible que Bolsonaro entre en una serie contradicciones. Él se veía como candidato por fuera del sistema político, pero va a depender bastante de él para llevar a cabo su programa político”, puntualizó.

“El partido de Bolsonaro, si bien fue el que ganó la elección parlamentaria, en la Cámara de Diputados tiene sólo un 10% de los diputados electos. Probablemente va a tratar de que sus aliados crezcan al doble y su búsqueda va a ser algo que se denomina una especie de súper centro, que probablemente no se dé a través de afinidades ideológicas, sino que a través del nombramiento y de la distorsión del propio poder”, agregó.

De acuerdo a sus promesas de campaña, el gobierno de Bolsonaro apuntará a combatir con mano dura la violencia y la delincuencia, liberalizar la economía, cambiar el sistema previsional y restringir los derechos laborales.

Oposición política y judicial

En cuanto al posible debilitamiento de la oposición, Cortés asegura que, pese a la derrota en la contienda presidencial, el “PT fue el el partido de los tradicionales que obtuvo el mejor resultado, el segundo con la mayor bancada en la Cámara de Diputados, con un número significativo de gobernadores en el noreste. Se esperaba que el PT se volviese un partido inexpresivo, pero pasó todo lo contrario y demostró su fuerza orgánica. En la recta final, ante la amenaza que significaba la candidatura de Bolsonaro, consiguieron reactivar algunos de los repertorios y algunos de los apoyos que habían ido disminuyendo, movilizaron bastante gente”.

Aun así, el experto cree que es una gran incógnita lo que pueda pasar con la oposición, sobre todo por las promesas de Bolsonaro de perseguirla. “Ya le dio la opción a la izquierda de exiliarse o irse a la cárcel. Es posible que esto termine por afectar las posibilidades de realizar una oposición en los marcos institucionales y democráticos que se esperaría en cualquier lugar del mundo”, precisó.

Un actor importante de la política brasileña es el Tribunal Constitucional, donde el presidente electo podría enfrentar más de un obstáculo para intentar implementar sus promesas, por el fuerte tinte anticonstitucional de su programa.

“La corte se ha preparado para esto. El presidente electo del mismo nombró como su principal asesor a un general, previendo un escenario en el que los militares tengan un mayor protagonismo”, expresó.
Aunque se mostró escéptico sobre la resistencia real que podría representar el tribunal. “No soy un optimista respecto al rol que pueda jugar el tribunal. Si hay resistencias, probablemente éstas sean apagadas, lo que nos habla de este cuadro de descomposición institucional que se viene arrastrando desde la destitución de Dilma Rousseff”, enfatizó Cortés.

 





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