El plan francés que busca restituir a África obras saqueadas

Francia se dispone a cambiar su legislación para devolver al continente africano miles de objetos que atesora en sus museos. Chile espera que la iniciativa favorezca su reclamo ante Londres para recuperar los moáis de la isla de Pascua.
  • RFI
  • 22-11-2018

Francia se dispone a cambiar su legislación para devolver al continente africano miles de objetos que atesora en sus museos. Chile espera que la iniciativa favorezca su reclamo ante Londres para recuperar los moáis de la isla de Pascua.

¿Devolver las obras saqueadas durante la época colonial? De acuerdo, ¿pero cómo, a quién y qué pasará con los museos europeos, cuyas colecciones centenarias dependen de estos artefactos? A estas preguntas responde un informe realizado por dos expertos nombrados por el presidente Emmanuel Macron.

El texto, cuyos principales lineamientos se conocieron esta semana, aboga por el necesario cambio de la legislación francesa sobre patrimonio para permitir el retorno de miles de obras de arte africanas que se encuentran en museos en Francia.

Hasta ahora, la ley prohíbe al gobierno ceder propiedades estatales, incluso en casos bien documentados de saqueo. Pero Macron abrió la puerta a un cambio en esta política al afirmar el año pasado que “el patrimonio de África no puede estar sólo en las colecciones privadas y los museos europeos”.

Para llevar a cabo esta restitución, el informe realizado por la historiadora de arte francesa Benedicte Savoy y al escritor senegalés Felwine Sarr, recomienda enmendar la ley francesa para permitir la restitución de obras mediante un acuerdo bilateral entre el Estado francés y cada Estado africano concernido.

“Hoy parece que estamos a un paso de recuperar nuestra historia y poder compartirla finalmente en el continente”, reaccionó Marie-Cecile Zinsou, hija del ex primer ministro de Benín y presidenta de la Fundación Arte Zinsou de Cotonú.

La cantidad de obras que pueden verse afectadas por una devolución se cifran en decenas de miles, sobre todo en el en el museo quai Branly de París, que alberga unos 70 mil artefactos de origen africano. El resto de los museos franceses poseen unas 20 mil piezas suplementarias.

El informe detalla un verdadero sistema de apropiación, principalmente en el África subsahariana, entre 1885 y 1960: unos 46.000 objetos. El diario Libération ha podido consultar las inmensas listas que detallan los objetos que Francia pretende devolver a las naciones africanas: miles de joyas, máscaras, estatuas y objetos sagrados autóctonos, clasificados por países y recogidos en un documento de 40 volúmenes.

El temor de museos y coleccionistas europeos

Uno de los cambios más significativos contemplados por el informe es que prevalecerá la idea de que una obra será considerada como expoliada mientras no se pruebe de que hubo un consentimiento expreso por parte de los dueños originales del objeto antes de ser llevado a Francia.

Esta decisión es considerada por algunos como una opción arriesgada. Este es el caso del diario Le Monde, que expresa su preocupación en su editorial: “Al solicitar medidas sistemáticas, los autores del informe corren el riesgo de ir en contra de lo que piden. Emprender este camino maximalista no estaría exento de riesgos en Francia: es fácil imaginar el clamor si se destruyeran las colecciones nacionales”, apunta.

Le Monde es consciente de que la iniciativa de Macron puede sentar un precedente. “Los museos franceses no son los únicos que conservan una parte del patrimonio africano. En Europa, el Museo Británico de Londres, los museos de Berlín, Bruselas, Hamburgo, Leipzig o Lisboa tienen colecciones no menos importantes. Y ni el Metropolitan Museum de Nueva York ni el Art Institute de Chicago tampoco se quedan atrás. Por lo tanto, es muy poco probable que el Reino Unido, Alemania o los Estados Unidos se sientan obligados a cumplir los requerimientos del informe Savoy-Sarr”, subraya.

Esta preocupación es compartida por curadores y galeristas, que apuntan por ejemplo a que muchos objetos proceden de reinos o países que ya no existen, y que en muchos casos los propietarios pueden afirmar que fueron obtenidos legítimamente.

Los críticos también advirtieron que esta política podría inducir a los coleccionistas privados franceses a trasladar sus obras fuera de Francia por temor a ser confiscadas.

“Los autores del informe no consultaron a ningún marchante de arte africano”, lamentó Yves-Bernard Debie, un abogado belga que es uno de los opositores más enérgicos a la devolución de obras tomadas por soldados, exploradores y otros durante la era colonial.

En su editorial, el diario de izquierda Libération propone ver la cuestión desde otro ángulo: “Vamos a invertir la situación: ¿qué dirían los franceses si, en el pasado, nos hubieran robado miles de obras sin que ni siquiera se debatiera su restitución?”, se pregunta.

En todo caso, hay quien ve en el precedente francés una oportunidad para reclamar la restitución de obras a otras naciones. Es el caso del gobierno de Chile, que espera incrementar su presión sobre el British Museum. El martes, la gobernadora de la Isla de Pascua, Tarita Alarcón Rapu, pidió a la institución londinense que le devuelva uno de sus moáis que permaneces desde hace 150 años en la colección del museo. Sería un primer paso para recuperar los más de 900 moáis que se encuentran repartidos en Francia y Estados Unidos.





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