El fin de semana se podrían repetir las escenas de hace casi una semana donde miles de franceses salieron a las calles en varias ciudades del país en protesta por el incremento de los impuestos a los hidrocarburos.
Frente a lo que el presidente francés, Emmanuel Macron, llama la “alarma medioambiental” que vive el planeta, su administración determinó un aumento del 23 por ciento del petróleo diesel y de un 15 por ciento de la gasolina. La decisión provocó un movimiento denominado “Chalecos Amarillos” producto que los manifestantes utilizan estos implementos reflectantes.
En una larga alocución el martes, Macron indicó que podrían cambiar de método, pero no de rumbo en la transición ecológica en el que está comprometido el país, el que incluye el cierre de plantas nucleares a 2030 y 2035.
En su comparecencia ante los medios, el mandatario indicó que los gravámenes se podrían modificar en relación al precio de los hidrocarburos en el mercado internacional, abriéndose a establecer un impuesto variable.
“A lo que estaba previsto en materia fiscal, se ha añadido el alza del precio mundial de los carburantes. Eso es lo que ha pasado. Así que debemos construir juntos un método que nos permita protegernos de esas coyunturas. Debemos adaptar cualquier subida de los impuestos al carburante a la evolución de los mercados internacionales del petróleo de manera que si volviera a producirse un alza de los precios no nos encontremos en la misma situación que hoy”, precisó Macron.
Además, el jefe del Eliseo se refirió a otras medidas para enfrentar la transición energética, como por ejemplo involucrando a los actores sociales de las localidades del país para no sólo hacer cambios de manera vertical, sino con la participación de la ciudadanía.
Esto implicaría una gran consulta sobre la transición ecológica y social que se llevará a cabo en el país junto a asociaciones, políticos y representantes del movimiento.
Además en el tema nuclear, Macron anunció el cierre de 14 de los 58 reactores nucleares franceses en funcionamiento para 2035, incluyendo entre cuatro y seis antes de fines de 2030. La cifra es inferior a lo que esperaban los grupos ecologistas.
Pero los anuncios del mandatario no convencieron a los franceses y según una encuestadora local, Opinionway, ocho de cada diez personas estiman que son insuficientes.
Y aunque el gobierno a través del ministro de Ecología, Francois de Rugy, se reunió con los representantes del movimiento de “Chalecos Amarillos” por más de dos horas, el encuentro no permitió destrabar el descontento.
“Nos damos cita como el pasado sábado en los Campos Elíseos. El anhelo de todos los ‘chalecos amarillos’ es continuar así cada sábado en los Campos Elíseos”, sostuvo a la salida de la reunión Eric Drouet, uno de los voceros que fue recibido por el secretario de Estado.
El gobierno de Macron apunta al movimiento ultraderechista de Marine Le Pen Frente Nacional, de usar las manifestaciones contra el alza de impuestos de los combustibles.
Con todo se espera que el fin de semana las barricadas vuelvan a ser protagonistas en las céntricas calles de Paris.