Una verdadera orquesta sinfónica afina en el escenario. La directora levanta la mano y como por arte de magia entra Maria Callas, radiante, vestida de blanco. Un espectáculo impactante presentado en la Sala Pleyel de París, en el que la mítica cantante lírica se muestra nuevamente al público como si estuviera allí, en carne y hueso.
Esta proeza tecnológica es obra de Base Hologram, empresa estadounidense que diseñó un holograma tridimensional de Callas usando rayos láser y las grabaciones originales de la cantante. El resultado es tan sorprendente como inaudito.
“Este holograma fue creado de la misma manera que se crearon los hologramas de Peter Cushing o de Carrie Fisher en la saga de Star Wars. Buscamos una doble para su cuerpo y la entrenamos para que hiciera exactamente los mismos movimientos de Callas en el escenario. Y luego trabajamos esas imágenes en computadora para crear la figura completa. Para la proyección en la escena, utilizamos proyectores de láser digitales. Son rayos láser muy potentes, capaces de este resultado sorprendente”, explicó Martin Tudor, de Base Hologram.
En la sala Pleyel de París, Maria Callas cantó, interactuó con el público, le agradece por sus aplausos. Pero sobre todo, lo que se escucha, son las verdaderas grabaciones emblemáticas que la soprano hizo durante toda su carrera. Registros sonoros de diferentes épocas que dan cuenta de su increíble versatilidad, destreza y potencia de voz que le llevaron a encarnar los roles más exigentes del repertorio lírico. La acompaña una orquesta de 60 músicos dirigidos por la irlandesa Eímear Noone.
“Fue un desafío tecnológico muy grande, pero a la vez apasionante. Cuando estoy en el escenario, pienso en quién fue Maria Callas. Por supuesto que estoy consciente de que es un holograma, pero nos permite recordarnos de su figura. Supongo que hace un siglo la gente tuvo esa misma sensación de sorpresa viendo la primera película, o cuando por primera vez se pudo escuchar una ópera en un gramófono. Creo que ésta es una nueva etapa en esta evolución”, explicó la directora de orquesta.
En el público de París, algunos salieron realmente emocionados tras esta prestación de más de dos horas de duración, que incluyó arias de Verdi, Puccini y Bizet.
“Es increíble de que la tecnología permita algo tan extraordinario. Cuando ella sale de la escena, sí se percibe el rayo luminoso. Pero si se le ve de frente, nos olvidamos que ella ya no está viva”, aseveró una mujer en la sala.
“Estamos asistiendo a una revolución en la industria del espectáculo, porque es una oportunidad única para la gente de ver a alguien que ya no está con nosotros”, concluyó Tudor.
“Callas en concierto, la gira del holograma” se presenta en París en el marco de una gira por otras capitales europeas y americanas.