A partir de las primeras horas de este sábado algunas agencias del gobierno federal debieron cerrar y cientos de miles de empleados se vieron obligados a quedarse en casa sin goce de sueldo, mientras que otros debieron trabajar sin paga.
Para evitar el temido “shutdown” era necesario que las dos cámaras del Congreso y la Casa Blanca llegaran a un acuerdo que no se consiguió. ¿La controversia? el muro en la frontera con México, una de las principales promesas de campaña de Trump y para el cual precisa unos 5.000 millones de dólares.
Casi el 75 por ciento del gobierno, incluyendo las fuerzas armadas y departamento de Salud, están totalmente financiadas, por lo que funcionarán normalmente. El bloqueo alcanza al restante 25 por ciento de los organismos federales, lo que podría afectar hasta 800.000 empleados.
La incertidumbre sobre la duración de esta parálisis parcial es grande, ya que las dos posiciones parecen irreconciliables. Trump ha convertido la lucha contra la inmigración ilegal en su caballo de batalla y la construcción del muro sería una realización tangible de una de sus promesas de campaña. Durante el día, Trump defendió los méritos de levantar un muro en la frontera con México, cuyo costo estimado es de unos 5.000 millones de dólares.
Tras el cierre de la sesión en el Congreso, Trump defendió su postura de una mayor seguridad en la frontera en un video en Twitter que mostraba imágenes de una de las caravanas de migrantes. “Esperemos que el bloqueo no dure mucho”, dijo, instando a los demócratas a ceder.
A falta de dinero de las arcas federales, Brian Kolfage, un veterano de la guerra en Irak, lanzó un “crowdfunding” o micro financiación colectiva, que el viernes sumaba más de 11 millones de dólares, cinco días después de su lanzamiento.