La Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Favet, ha ido abriendo nuevas áreas de trabajo. Su gran interés y avances en innovación e investigación le han permitido involucrarse en ámbitos a los que antes solo unos pocos a nivel mundial podían acceder. Es el caso de las investigaciones en la Antártica, uno de los laboratorios naturales más codiciados por la ciencia, que este 2019 será nuevamente visitado por un equipo de la Facultad.
Así, el académico del Laboratorio de Virología Animal de Favet, Dr. Víctor Neira, junto a los estudiantes Felipe Berríos y Fabrizzio Valdés, viajarán el próximo enero al continente blanco a continuar los estudios sobre el virus de influenza, que busca entender la diversidad viral de Influenza A en pingüinos. En la instantancia, el equipo buscará además identificar nuevos probióticos desde diferentes especies animales.
El viaje al fin del mundo
Esta es la segunda vez que Felipe Berrios viaja a la Antártica. La primera fue en enero del año pasado cuando el profesor Neira lo incluyó en la expedición que investigaría el virus de influenza aviar en pingüinos. “El profe me avisó en Navidad y el 4 de enero ya estábamos tomando el avión de Santiago a Punta Arenas”, recordó.
La expedición, que se extendió por más de 45 días, fue siempre apoyada por el Instituto Antártico Chileno (INACH).
El equipo de Favet voló entonces a la Base Profesor Julio Escudero ubicada en la Isla Rey Jorge, 1226 kms de Punta Arenas, administrada por INACH, y que fuera inaugurada el 5 de febrero de 1995. En el lugar conviven civiles y militares y tiene la capacidad de albergar cerca de 35 personas, contando además con laboratorios multidisciplinarios, telefonía e internet.
“Es muy difícil hacer investigación en la Antártida, sobre todo con mi nivel, porque yo soy solo un alumno de pregrado, es muy difícil que un estudiante pueda llegar allá”, sostuvo Felipe, quien relató que “desde la base militar salíamos todos los días a buscar muestras a diferentes islas, archipiélagos, playas. Estas expediciones las hacíamos en un barco de la Armada de Chile, que está a disposición de los investigadores chilenos y del mundo (…) Teníamos un laboratorio completamente equipado para analizar las muestras y almacenarlas. Son muestras de sangre y de heces de pingüinos y otras muestras que encontráramos, porque el trabajo de investigación es una labor muy integral y solidaria, las muestras siempre pueden servir a otro científico”.
Los investigadores estuvieron dos semanas en la Base Julio Escudero y luego se trasladaron en un barco rompehielos de la Armada de Chile a diferentes lugares en búsqueda de nuevas muestras. Los recorridos en barco se realizaron junto a varios equipos de investigadores, chilenos y extranjeros, cerca de 15 a 20 personas a bordo.
“Es una experiencia súper bonita los lugares que visitamos son preciosos, yo no tenía un referente de un lugar tan frío porque lo más al sur que he llegado es Valdivia. Además la labor investigativa fue muy enriquecedora para mí. Por ejemplo, tomar un pingüino para una muestra de sangre es muy difícil hay que hacerlo con mucho cuidado para que no se sienta amenazado. Los pingüinos son rústicos, no son suavecitos, su plumaje es duro, sus aletas son duras y picotean fuerte, hacen una pinza muy fuerte”.
“Yo siento que vi mucho de la Antártica, que recorrimos mucho. Pero cuando uno lo ve en el mapa es una zona muy pequeña, porque el continente es muy grande. Entonces la experiencia te da perspectiva, pese a la inmensidad uno no se siente solo, porque hay muchos investigadores. Cada base tiene lugares donde uno comparte y convive con otros científicos y en ellos hay mucha curiosidad sobre lo que realiza el otro entonces se comparte mucho”, acotó el estudiante.
Respecto de la carrera, Felipe señala que “uno cuando entra a medicina veterinaria, lo primero que tiene en vista es la clínica. Tal vez, los que vienen de zonas más rurales tienen una visión más amplia porque consideran además la producción de bovinos, ovejas, etc. Pero la medicina veterinaria tiene muchas aristas, es muy versátil hay muchas áreas, hay veterinarios en todos lados y siempre se abren puertas para lo que uno quiere hacer”.