En una entrevista para la revista católica Vida Nueva, el cardenal Joao Braiz de Aviz, aseguró que el Vaticano tenía conocimiento, a través de documentos, de la pederastia del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, desde 1943. En la entrevista, además, el cardenal y prefecto de la Congregación para los Institutos de la Vida Consagrada recalcó que este encubrimiento habría sido producto de una mafia dentro de la Iglesia y anunció la aparición de nuevas denuncias.

Fue en la década de los 50, casi diez años después de la fundación de Los Legionarios de Cristo, cuando se hizo pública las declaraciones de un grupo de seminaristas que acusaron de abusos sexuales a Maciel. Aunque posteriormente se retractaron, el sacerdote mexicano implicado fue investigado por el inquisidor romano entre 1956 y 1959, pero no fue hasta dos años antes de su muerte, que el hoy papa emérito, Benedicto XVI, lo envió a México a cumplir una vida de “penitencia y oración”.

La importancia de la revelación del cardenal Braiz de Aviz, según la académica de la Universidad Católica, Claudia Leal, recaería principalmente en que provengan de un funcionario de primera línea de la institución. Hace poco, en diciembre del 2018, el mismo papa Francisco instó a los curas de la Iglesia Católica implicados en crímenes sexuales a entregarse a la justicia y esto, para el historiador Marcial Sánchez, iría en órbita con las declaraciones de Braiz, hechas públicas por el diario El país de España.

“El papa Francisco se ha tenido que enfrentar a esta y a otras situaciones poco conocidas públicamente, que dan cuenta de que él no va a claudicar en la exposición de la verdad. Esto, por ejemplo, significa aceptar que hubo una mafia que protegió a este pederasta por 63 años”, enfatizó Sánchez a Radio y Diario Universidad de Chile.

Luego de conocido el testimonio de Braiz de Aviz, el primer departamento en sufrir el golpe en el Vaticano fue el de prensa y comunicaciones. El periodista estadounidense, Greg Burke, y la española, Paloma García, por ejemplo, pusieron su cargo a disposición. Sin embargo, fue el santo y expapa Juan Pablo II, quien catalogó al cardenal acusado como un “guía eficaz de la juventud”, el implicado directo debido al tiempo de vigencia de esta denuncia.

Marcial Sánchez, al respecto, afirmó que le cuesta no creer que el santo polaco no haya estado enterado de lo sucedido. Aunque, tanto él como Leal, coinciden en que es aún es prematuro emitir un juicio sobre su implicancia en este asunto.

“No cabe la menor duda de que Juan Pablo II se confesaba muchas veces con Marcial Maciel, por lo tanto se confesó con el demonio y al confesarse con él, quizás habría tenido otro camino a la santidad. Ahora, que él supiese es un veremos. Si él sabía y no hizo nada, estamos frente a una situación muy compleja de silencio”, aseguró el historiador.

En Chile, estas declaraciones también generaron un impacto, sobre todo por lo conocido en el caso O’Reilly, aunque la experta Claudia Leal indicó ciertas limitantes. “Hay que reconocer que en su dimensión institucional la Legión es muy sólida, las personas que están adentro tienen una identidad institucional muy clara y fuerte. Estas declaraciones no los van a sorprender”, dictaminó.

Por lo mismo, Marcial Sánchez fue cauto en separar a la congregación de Los Legionarios de su fundador, e incluso señaló que ellos supieron ponerse a disposición de lo que el Vaticano decidió finalmente sobre su continuidad: no extinguirlos, pero ignorar el nombre, las fotografías, textos o vídeos de Maciel.

Así mismo, según indicó El País,  esta congregación ha tenido un crecimiento de miembros de un 3%, que Sánchez atribuyó a su rol apostólico que, incluso en Chile, relacionados casi siempre con las élites, incluye a colegios en zonas vulnerables de Colina, Melipilla, Santiago Centro y Recoleta.