¿Derecho a la muerte? Deceso de Paula Díaz reabre el debate en torno a la eutanasia

Según la Organización Mundial de la Salud, en Chile son más de 60 mil las personas que requieren tratamientos paliativos, sin embargo, bajo el sistema GES, este tipo de procedimientos solo se le garantiza a quienes padecen alguna enfermedad de tipo oncológica. La muerte de Paula Díaz reabrió el debate en torno a si se debe permitir o no una muerte digna a quien lo solicite.

Según la Organización Mundial de la Salud, en Chile son más de 60 mil las personas que requieren tratamientos paliativos, sin embargo, bajo el sistema GES, este tipo de procedimientos solo se le garantiza a quienes padecen alguna enfermedad de tipo oncológica. La muerte de Paula Díaz reabrió el debate en torno a si se debe permitir o no una muerte digna a quien lo solicite.

El fallecimiento de Paula Díaz, la joven que solicitó a Bachelet y Piñera la eutanasia, reabrió el debate respecto de la muerte digna en nuestro país. Sin embargo, en el plano legislativo, las cosas parecen no haber avanzado mucho.

El 7 de agosto del año pasado, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó la idea de legislar el proyecto de eutanasia presentado por el diputado liberal Vlado Mirosevic, quien, tras el deceso de Díaz, denunció que las votaciones llevan más de tres semanas entrampadas en el Congreso.

“Los miembros de la Comisión se comprometieron a que todos los lunes íbamos a estar votando el proyecto de eutanasia. Es hora de preguntarles por qué razón suspenden una votación tan urgente y necesaria como ésta. Y para la cual, además, tenemos los votos. Tenemos el apoyo mayoritario del Congreso, podríamos aprobarlo y transformarlo en ley”, afirmó el legislador.

A pesar de esto, la iniciativa ya acumula cuatro años desde que fue presentada para su discusión.

Tratamientos paliativos ¿una garantía GES?

En nuestro país, las Garantías Explícitas en Salud (GES) aseguran la aplicación de tratamientos paliativos solo a las personas que padezcan alguna enfermedad de tipo oncológica, vale decir, cualquier tipo de cáncer, lo que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluye a más de 60 mil chilenos que sufren padecimientos tanto o más dolorosos. Precisamente este punto fue uno de los más debatidos luego de la aprobación de la idea de legislar la eutanasia.

Desde la UDI, RN y la DC, donde hay detractores y adherentes a la eutanasia, pusieron énfasis en que se deben incorporar en la discusión los tratamientos paliativos para pacientes con enfermedades terminales.

Para Armando Ortíz, neurocirujano del Departamento de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, resulta fundamental que ambas materias vayan de la mano.

“La verdad es que en los países en los que está desarrollada la eutanasia, pues la calidad de sus cuidados paliativos es muy desarrollada. Entonces, intentar debatir la eutanasia sin preocuparse de un buen desarrollo de los cuidados paliativos parece un contrasentido. Es un poco frívolo hablar de eutanasia sin haber desarrollado cuidados paliativos. Ambas cosas van por el mismo camino”.

En el caso de Paula Díaz, al no tratarse de una enfermedad cancerígena, los tratamientos de tipo paliativo no se encontraban amparados por el GES. Esta limitación legal, sumada a los fuertes dolores que la aquejaron por cinco años, la llevaron a solicitar, en dos ocasiones, la eutanasia para acabar con su sufrimiento.

Paula Díaz, de 20 años, falleció luego de una larga y dolorosa enfermedad.

Paula Díaz, de 20 años, falleció luego de una larga y dolorosa enfermedad.

En ambas oportunidades -con distinto mandatario- la posibilidad de terminar con su vida de manera asistida le fue negada. Sin embargo, ella no fue la única. En 2015, la joven Valentina Maureira,  por ese entonces de 14 años, solicitó a Michelle Bachelet a través de un video en youtube que la autorizara a “dormir para siempre” debido a una fibrosis quística que la mantenía internada en la UCI del Hospital Clínico de la Universidad Católica.

Ana María Gazmuri, Directora de la Fundación Daya, tuvo la oportunidad de colaborar en el caso de Paula, y aseguró que, a pesar de que se exploraron varias alternativas, los dolores seguían siendo insoportables.

“Su decisión seguía firme. Su dolor era tan insoportable que no le quedó más que hacer esa petición desgarradora: pedir terminar con su sufrimiento”.

A pesar de que la Fundación Daya aboga por el uso de cannabis como una alternativa ante los suplicios producidos por este tipo de enfermedades, Gazmuri aseguró que con esto no es suficiente, y enfatiza que, tanto la universalidad de los tratamientos paliativos y la eutanasia, son deudas que deben ser resueltas con urgencia.

“Son dos cosas igual de importantes y urgentes, y en eso tenemos dos deudas pendientes. Una es el acceso a cuidados paliativos amplios y que incluyan todas las alternativas. Y la otra, es la legislación sobre el derecho a decidir, poner termino a la propia vida de manera asistida frente a circunstancias de dolor insoportable”.

El modelo a seguir

En el mundo, son solo cinco países los que han aprobado la eutanasia. El caso más cercano es el de Colombia. Sin embargo, para Armando Ortíz, del departamento de Bioética de la Universidad de Chile, el proyecto que se discute actualmente encuentra más conexiones con el modelo holandés.

Según sus palabras, las cercanías entre ambos proyectos derivan de la vertiente “jurídica” desde la cual fueron presentados. Por otro lado, en ambos se estipula que el requisito es que la persona padezca de dolores insoportables o una enfermedad sin curación. No obstante, el especialista advierte que antes de realizar cualquier aproximación “primero se debe estudiar la realidad local”.

En términos de los tratamientos paliativos, Ortíz afirmó que una buena alternativa es seguir el modelo de Bélgica, país en el que la eutanasia es legal desde el 2002.

“El modelo belga incluye la eutanasia como parte de un cuidado paliativo, es decir, como una más de las herramientas. Lo que hace el modelo belga es integrar el derecho de las personas a poner fin a la vida al tratamiento en sí, lo que resulta interesante si vemos que aquí, parte de la discusión, es anteponer el tratamiento paliativo.”

En Bélgica, paralelo a la votación del proyecto de eutanasia, se aprobaron otras dos importantes leyes que hacen referencia al actual debate chileno. Una era la Ley sobre Cuidados Paliativos y otra sobre Derechos de los pacientes. En este sentido, la participación de médicos paliativos resultó fundamental a la hora de aprobar la iniciativa.

El debate en nuestro país, si bien para el especialista debería seguir este curso, vuelve a hacer énfasis en la realidad local, ya que “obviamente, en ambos países hay diferencias”.

Se espera que el proyecto de eutanasia vuelva a ser discutido en el Congreso durante el mes de marzo, luego de que termine el receso legislativo. Vlado Mirosevic, impulsor de la medida, se mostró decepcionado ante este nuevo entrampamiento, sin embargo, espera que pueda conocer de avances durante este 2019.

 

 





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