Según datos oficiales, cerca de 6 mil médicos extranjeros se desempeñan en el sistema público de salud, de un total de 10 mil profesionales no nacionales que trabajan en el país.
Todos tienen que rendir el Examen Único de Admisión de Conocimientos de Medicina (Eunacom) para poder ejercer, sin embargo, las Seremis de salud regionales pueden autorizar el ingreso al sistema a aquellos que no han tramitado la rendición del test teórico.
Este lunes, en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, el ministro de salud, Emilio Santelices, anunció una serie de medidas para regular las casi dos mil contrataciones de este tipo.
Desde la propia secretaría de Estado negaron que esto se trate de eliminar, congelar o suspender los ingresos al sistema público, más bien, informaron, aquellos profesionales autorizados por las Seremis regionales tendrán un permiso provisorio previa inscripción para rendir el Eunacom.
Fuentes del Ministerio de Salud reconocieron que es prácticamente imposible frenar la entrada o expulsar a los médicos extranjeros que no hayan dado el examen, ya que la atención primaria colapsaría.
Una opinión similar manifestó el representante de la Asociación de Médicos Extranjeros, Manuel Araneda.
Para el dirigente, los profesionales están en el sistema por una necesidad de salud pública, donde prácticamente sin médicos extranjeros se desmorona la atención primaria, especialmente en los lugares más apartados del país.
“El aporte que realizan a la salud pública es primordial, es demasiado importante, porque simplemente la gente de más escasos recursos no va a tener atención médica y Chile pasa por un momento crítico ante la escasez de profesionales. Formar un especialista chileno al Estado le cuesta más de un millón de dólares, mientras que el facultativo extranjero viene a costo cero a aportar al país, por lo tanto, se deben crear políticas públicas suficientes para empoderar a estos galenos en el sistema de salud”, afirmó.
Un ejemplo es lo que ocurre en el hospital de Antofagasta. Según cifras, el personal correspondiente a médicos extranjeros corresponde al 70 por ciento del total de la dotación, en el considerado centro de salud más grande del país.
Para el vicepresidente del Consejo de la Sociedad Civil (COSOC) del Servicio Salud Metropolitano Norte, Juan Sancho, el profesional extranjero viene a aportar, además con una fuerte dosis social, influenciado en algunos casos, por la realidad y formación en su país de origen.
“Ahí también está el tema de las migraciones, donde se acusa que las personas vienen a quitar el cupo, el trabajo, y se ha creado todo un ambiente que no nos parece, porque es todo lo contrario, ellos vienen a hacer un aporte. Si no estuvieran estos profesionales en la atención primaria, por ejemplo, estaría colapsado el sistema, una crisis más profunda de la que hoy afecta al sector, sería un desastre”, argumentó.
Las listas de espera en el sistema de salud público son el rostro más visible de una prolongada crisis que ningún gobierno ha podido resolver completamente.
Desde las asociaciones de jubilados y montepiadas de Chile, han informado que en reiteradas oportunidades han solicitado al Minsal el ingreso de un mayor número de médicos extranjeros para atender la creciente población de tercera edad.
Incluso califican al Eunacom como un problema para que los adultos mayores tengan una mejor y más rápida atención, especialmente en consultorios.
Recordemos que en 2017, la Contraloría General de la República dictaminó que los galenos no nacionales, sí pueden trabajar aunque no hayan aprobado el examen teórico.
A la fecha, alrededor de 3 mil 500 médicos ejercen en el país sin Eunacom, pero con permiso de las Seremis. A pesar de esto, algunos centros de salud públicos han optado por comprar servicios profesionales a empresas privadas, una especie de subcontratación para evitar cumplir con la ley que exige la certificación en los recintos asistenciales.