El pasado 2 de febrero falleció Violeta Zuñiga, histórica defensora de los Derechos Humanos que bailó contra la dictadura y se transformó en un símbolo de resistencia.
Violeta, junto con Marta Pérez, fueron las bailarinas más emblemáticas del conjunto folclórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), pues, pañuelo en mano, bailaron por años “La cueca sola”. Literalmente solas; sin sus parejas, víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.
“La que pasó a ser emblemática en todo este baile fue la Violeta, que bailó hasta el último. Ahora, después de su partida, la gente espera que haya dejado de bailar la cueca sola y que la haga junto a su compañero”, señaló Marta Rocco, integrante de la AFDD y una de las fundadoras del conjunto folclórico.
Falda negra y camisa blanca, era la vestimenta con la que Violeta agitó el pañuelo más de cien veces para denunciar la desaparición de su esposo, Pedro Silva Bustos, dirigente comunista que fue detenido por la DINA en 1976 y que aún se encuentra desaparecido.
Contar las penas cantando
El conjunto folclórico nació durante los primeros años de la dictadura cívico militar, luego de la primera huelga de hambre que realizaron los familiares de detenidos desparecidos a las afueras de la CEPAL en 1976.
Buscando mecanismos y formas para denunciar las violaciones a los Derechos Humanos, la folclorista e integrante de la AFDD, Gala Torres, se le ocurrió crear un conjunto que les permitiera contar sus penas cantando.
Una de las fundadoras del conjunto folclórico e integrante de la AFDD, Marta Rocco, relató que “nadie nos escuchaba y queríamos que la gente nos creyera, que se enteraran que había personas desparecidas, lo que no se hizo evidente hasta pasó lo de los Hornos de Lonquén”.
Su primera presentación fue el 8 de marzo de 1978, para el día de la Mujer en el Teatro Caupolicán, acto conmemorativo en el que denunciaron la desaparición de sus esposos, hermanos e hijos a través de distintas expresiones artísticas.
A partir de ese momento comenzaron a ser invitadas a distintas poblaciones de Santiago, donde llegaban a manifestarse por medio de la música, el baile y la poesía. “Pretendíamos que no fuera todo tan triste, tan pesado, tan doloroso”, aseguró Marta Rocco.
La cueca sola: un baile de protesta
Fue La cueca sola, la parte final de cada presentación del conjunto folclórico, la que caló más hondo en la sociedad, la cual -por medio del baile- logró empatizar con el dolor de los familiares de detenidos desparecidos.
En un comienzo, salía al escenario el grupo que cantaba, las instrumentistas y tres bailarinas que representan tipos de cueca diferentes: chora, de salón y nortina. Antes de iniciar la presentación, cada una de las integrantes se identificaba junto con el nombre del familiar desaparecido, luego venía el brindis inicial que daba paso al canto.
“A través de ella, la gente del pueblo comenzó a tomar conciencia de los horrores de la dictadura, lo que hacíamos le llegaba a la gente que se hacía parte de lo que presentábamos”, afirmó Marta Rocco.
En 1988 fueron invitadas a formar parte de la campaña del No. Anita Rojas, Tania Toro, Mireya Rivera, Violeta Morales, Violeta Zúñiga, Doris Meniconi, Norma Mattus y Gala Torres protagonizaron la secuencia que denunció, por primera vez en la televisión chilena, la existencia de los detenidos desaparecidos.
Según Mireya Rivera, quien es la única con vida de las ocho integrantes que participaron de la franja electoral, este gesto de resistencia y denuncia lo hizo por su marido, el que fue detenido en 1973.
“Fue el aporte que le hice a mi compañero, a mi esposo, el haber participado en el conjunto, haber hecho la denuncia a través de las canciones y haber hecho aún más cosas con la agrupación”, aseguró Mireya Rivera, miembro de la AFDD.
La cueca sola fue interpretada nuevamente para todo el país en el acto “Chile, nuevamente Chile”, que se realizó tras la elección de Patricio Aylwin como presidente. En esa ocasión, Gala Torres bailó en soledad la cueca que le dedicó a su hermano, Julio Torres.
Mireya Rivera, quien además participó en la presentación en el Estadio Nacional, aseguró que “fue muy emotivo para todas nosotras, porque fue el primer presidente democrático que se elegía en Chile después de la dictadura. Estar ahí viendo los rostros de los compañeros y mostrarle a todo Chile que aún existíamos”.
El impacto de la cueca sola traspasó fronteras, fue así como en 1987, el cantante británico Sting homenajeó este baile a través de la canción “They Dance Alone” que, en 1990, más de veinte mujeres representaron junto con la foto de sus familiares desaparecidos en el concierto “Desde Chile… un abrazo a la esperanza”.
Hoy, muchas de las integrantes del conjunto folclórico, que cumplieron un rol importante durante la dictadura como defensoras de los Derechos Humanos, se encuentran fallecidas sin haber encontrado verdad y justicia. No obstante, La cueca sola se continúa bailando como testimonio de una época y de una lucha que sigue vigente. Que sigue sangrando.