Las razones de la peor pugna entre Italia y Francia desde la Segunda Guerra

La cancillería francesa decidió llamar a consultas a su embajador en Roma tras condenar las declaraciones fuertes contra el presidente Emmanuel Macron por parte de dirigentes italianos. ¿A qué se debe esta pugna?
  • RFI
  • 08-02-2019

La cancillería francesa decidió llamar a consultas a su embajador en Roma tras condenar las declaraciones fuertes contra el presidente Emmanuel Macron por parte de dirigentes italianos. ¿A qué se debe esta pugna?

Matteo Salvini, viceprimer ministro italiano y ministro del Interior, dijo recientemente que esperaba que el pueblo francés se libere muy pronto de Macron, al que tachó de “pésimo presidente”. El encuentro entre Luigi Di Maio, el otro viceprimer ministro italiano, con miembros de los “chalecos amarillos”, fue otro elemento de tensión entre Italia y Francia.

Una situación grave y sin “precedentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial”: así caracterizó la relación actual con Italia la portavoz del Ministerio de Exteriores francés, Agnès von der Mühll. La funcionaria fustigó lo que considera ataques sin fundamentos y declaraciones desmedidas con un tinte de injerencia y provocación de parte de Roma.

Según el analista Marc Lazar, entrevistado por RFI, “hubo tres tiempos desde la constitución del gobierno de Giuseppe Conte el 1° de junio de 2018”. Primero, hubo tensiones inmediatas entre Francia e Italia, con un comentario de Emmanuel Macron sobre “la lepra populista”, y una serie de críticas de parte de Italia a las que Francia respondía. Luego, Francia dejó de responder. Pero lo que volvió a tensar la relación fue “la llegada de Luigi di Maio a Francia, sin haber avisado a las autoridades, quien se muestra con los chalecos amarillos y de alguna manera declara que hay que terminar con el presidente Macron”, explica Lazar.

El trasfondo de este pulso es la puja de cara a las elecciones europeas de mayo entre dos modelos: el liberalismo europeísta representado por Emmanuel Macron ante los populismos nacionalistas liderados por la alianza Salvini y Maio.

Para la eurodiputada socialista Mercedes Bresso, “hay un juego electoral, Di Maio quiere aliarse con los ‘chalecos amarillos’, y quiere provocar a Macron, piensa que lo puede dar votos en las elecciones europeas. También intenta presentarse como la otra Europa que estaría por los Estados soberanos, la Europa de las naciones, contra la burocracia de Bruselas”.

Marc Lazar añade que entre Salvini, aliado con la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, y Di Maio, que busca el apoyo de los “chalecos amarillos”, “hay una competencia por mostrar que son más populistas que los demás. Quieren mostrar que lo que hacen en el seno del Gobierno es a favor del pueblo, y ahora tienen una ambición europea, con la esperanza de que los pueblos se sublevan contra los gobiernos a los cuales ellos dos se oponen, es decir el gobierno alemán de Angela Merkel y el de Emmanuel Macron, quien es el símbolo de todo lo que rechazan”.

Más allá de la política pura, las posiciones de Italia sobre Francia tienen consecuencias más graves en el seno de la población, denuncia el analista: “Estas controversias con Francia son compartidas por parte de la opinión pública, y se puede decir que actualmente hay un sentimiento anti francés en la opinión pública italiana. Por ejemplo, me contaron de franceses que fueron echados de una tienda. También se manifestó por ejemplo durante la final del Mundial, cuando la mayoría de los italianos apoyaron a Croacia”.

Las razones de este sentimiento anti francés son varias, analiza Lazar: la intervención francesa en Libia, la actitud de Francia frente a los migrantes con el cierre de la frontera, y una vieja oposición entre el amor, la admiración hacia Francia y “una exasperación contra una forma de arrogancia”.

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