En una semana clave para el futuro de Venezuela, el embajador del Gobierno venezolano, Arévalo Méndez, conversó con nuestro medio sobre los temas de fondo y la contingencia que rodea la crisis en el país caribeño. Además, el representante de su país en Chile se refirió a temas como la toma de posesión de la embajada venezolana en Costa Rica y la convocatoria de la oposición para la entrega de ayuda humanitaria este sábado en la frontera con Colombia. También, quien fuera compañero de Hugo Chávez cuando eran cadetes, hizo un análisis de la reconfiguración del sistema internacional y la enorme importancia que ha cobrado la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la defensa del proceso liderado por el Chavismo.
El nuevo orden mundial
¿Desde dónde nace el interés de Estados Unidos por intervenir en la región?
La desesperación de Estados Unidos por mantener el ‘sistema mundo’ funcionando, o sea la unipolaridad, un centro y Estados periféricos, pasa por dos elementos fundamentales. Uno, que se sostenga la hegemonía del dólar como moneda de transacción mundial. Eso está resquebrajándose. El otro elemento fundamental para la reconformación de este sistema mundo centro-periferia, es el petróleo.
¿Qué papel juega éste último en la configuración del orden mundial?
Estados Unidos necesita con urgencia cortar el suministro petrolero a China. El talón de Aquiles de la economía china es la energía, no tiene otro. Estados Unidos necesita cortarle la yugular y para eso necesita un gran conflicto en Medio Oriente. Para detonar un conflicto, necesitan mucho petróleo y ya no lo hay en Europa, el único petróleo que queda es el de Venezuela que, además, es una zona estable, cercana a las refinerías norteamericanas y con conexión directa a Europa.
¿Qué consecuencias tiene esta situación en la región y para Venezuela, específicamente?
El sistema internacional se rompió y ahora son encuentros, desencuentros y una lucha muy sostenida entre las grandes potencias. El sistema mundo está reconfigurándose y ahí es donde está inmerso un pequeño país como el nuestro. Hay un dicho africano que dice que en peleas de elefantes, sale perdiendo el pasto. Eso es lo que está ocurriendo con Venezuela específicamente. Hemos quedado allí, atrapados en una confrontación que no nos conviene, pero tampoco podemos evitarla porque no depende de nosotros. Claro, no tenemos armas atómicas. Si las tuviésemos, ya hubiese ocurrido con Venezuela y Trump lo que ocurrió con Trump y Kim Jong-un, el líder norcoreano.
¿Cómo quedaría configurado este nuevo orden mundial en el caso de una intervención extranjera exitosa en Venezuela?
Bueno, yo creo que va a haber una coalición muy fuerte de Rusia, China, India y Bielorrusia. No voy a decir que va a haber un tipo de Unión Europea, ni NAFTA, ni nada de eso. Pero va a haber, desde el punto de vista militar incluso, una recomposición de mayor acercamiento, porque así como van por Venezuela, van a venir por Chile, por Perú, y otros. Ya fueron a Europa y destruyeron no sé cuántas vidas con los llamados bombardeos humanitarios y los daños colaterales.
La situación actual de Venezuela
¿Qué salida ve usted para la situación actual de Venezuela?
Es la misma salida que hace 20 años. Más revolución, más democracia, más pueblo, más convicción. No creo que en la historia de Latinoamérica, y si no del mundo, se haya puesto tan a prueba una democracia como se está poniendo a prueba la democracia venezolana desde hace 20 años. Con bloqueos financieros, bloqueos de alimentos, bloqueo de esto, bloqueo de aquello, golpes de Estado, huelga petrolera, drones explosivos intentando asesinar al presidente Maduro, y ahí estamos. Si vamos a decir que hay una democracia sólida, ésa es la venezolana, que lleva 20 años en prueba.
Aun así, una de las críticas más escuchadas al gobierno de Nicolás Maduro, es la falta de democracia…
No es democrático lo que se está haciendo cuando se viola la Constitución y saltan por encima de las leyes internacionales. El cacareado lema de que no hay democracia en Venezuela, no es así. En Venezuela no se están asesinando periodistas, ni líderes sociales o de oposición, no están apareciendo fosas comunes, no se está persiguiendo al que piense de diferente forma. No hay una conducta sistemática de violación a los derechos humanos en Venezuela, no la hay. Hay democracia. Imagínate que, de 25 procesos electorales, el Chavismo ha perdido solo dos.
Sin embargo, muchos alegan la ilegitimidad de las elecciones pasadas…
‘Que no fueron transparentes’, ‘que no fue una elección libre’, ‘que no fue una elección democrática’. Se quedan en esos conceptos etéreos, pero no explican a qué se refieren. Incluso, han tenido el atrevimiento de decir que no hubo observación internacional. Observación internacional no hay en Chile, pero en Venezuela sí hay. Pero no se insiste en eso, sino en las etiquetas etéreas: ‘no son libres, no son transparentes, no son democráticas’.
¿Todas estas afirmaciones son falsas?
Han llegado a decir que no participaron candidatos de la oposición, es decir, que los cinco candidatos eran chavistas. Más que descarado, hay que ser muy depravado para afirmar esas cosas. ‘Que no participó la mayoría’, a ver, Maduro salió electo con un 66 por ciento. Pero, del padrón electoral chileno, Piñera es presidente con el 27 por ciento. Si le decimos elección democrática por la cantidad de votos y los porcentajes, bueno, entonces Nicolás Maduro es más democrático que Sebastián Piñera.
Entonces, ¿éstas no son más que excusas y justificaciones para una intervención?
En el año 2002 no se acusaba al presidente Chávez de ser un dictador, ni que en Venezuela se violaran los derechos humanos, nada de eso existía y llevaron a cabo un golpe de Estado. Por lo tanto, las justificaciones hoy, para este nuevo intento de golpe de Estado, son banales. ¿Cuál es la real explicación hoy? Son dos: el petróleo y el modelo político. Modelo político que, si triunfa -y estamos seguros de que va a triunfar-, Latinoamérica en 30 años va a ser otra.
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Chile
El pasado miércoles, representantes de Juan Guaidó, liderados por María Faría, se tomaron la Embajada de Venezuela en Costa Rica. ¿Cómo puede darse una situación así?
El presidente de Costa Rica es un gobernante que no aguanta un telefonazo de Trump. Ni siquiera de Mike Pence, ni de Pompeo. Lo asustan con que le van a coartar los 300 mil dólares que le dan de ayuda y con que no le van a permitir que ingresen a Estados Unidos sus peras, manzanas, etcétera. Con eso lo asustan.
A nosotros no nos asustan. ‘Que no te voy a aceptar ahora el petróleo’, muy bien, el petróleo que le vendíamos a Estados Unidos ya se lo estamos vendiendo a China e India. Maduro no es Carlos Alvarado (Presidente de Costa Rica). Por eso te digo que el precepto de dignidad, que no está en la Constitución, se practica igualmente.
¿Existe preocupación por la posibilidad de que suceda una situación similar en la Embajada venezolana en Chile?
Yo no tengo temor, pero como jefe de misión, tomo mis previsiones y claro que hemos tomado las previsiones ante el caso. Pero temor de que lo vayan a hacer, no. No es que yo esté atemorizado ni que me preocupe. Si lo hacen, los vamos a enfrentar sin temor ninguno. Si lo hacen, nosotros sabremos responder. Acá yo con mis funcionarios voy a defender esta Embajada. Esto es territorio venezolano.
¿Qué opinión le merece la representante designada por el diputado Guaidó?
No sé quién es. La he visto en la prensa, recuerdo solo su apellido. Gutiérrez, ¿no? Sé que es hija de un ex dirigente que estuvo muchos años cuando los gobernadores en Venezuela eran designados, acusado, incluso, por casos de corrupción. Eso es lo único que sé de ella. Pero lo demás, ni lo sé, ni me interesa.
¿Por qué hasta ahora ni Maduro ni el canciller Arreaza, han interpelado al Gobierno chileno por haber aceptado y reconocido a la representante de Guaidó?
El Gobierno no hace injerencia en asuntos internos de otros países y eso de la designación de ella, es un asunto interno de acá. Ahora, si le dieron un cargo, si le asignaron funciones, si le ofrecieron tareas, si le dieron una oficina o si le asignaron un sueldo, eso es un asunto del Gobierno chileno. Si es empleada del Estado chileno, que sea así. Pero no es funcionaria del Gobierno venezolano, por lo tanto, no se puede hacer más que encogerse de hombros, ¿qué podemos decir sobre una decisión soberana del Gobierno chileno?
La tan manoseada “ayuda humanitaria”
Este sábado 23 de febrero, la oposición venezolana intentará ingresar a Venezuela la ayuda humanitaria que el diputado Guaidó ha solicitado, ¿qué opinión le merece esta ayuda humanitaria y el ‘boom’ mediático alrededor?
El presidente Maduro y la vicepresidenta Delcy Rodríguez lo han dicho varias veces: es un show mediático. Ellos saben que no pueden ingresar, y por múltiples razones. En primer lugar, ni es ayuda ni es humanitaria. Segundo, ni la Organización Mundial de la Salud, ni ningún organismo de salud, ni de Colombia ni de Estados Unidos, han certificado que esa comida sea adecuada para el estómago de los venezolanos. Porque lo que sabemos es que estas son las raciones de combate que quedaron como sobras de la valiente huida de Siria del gobierno de Estados Unidos.
¿Qué cree que sucederá ese día?
Yo creo que lo que van a hacer -en una premonición muy personal-, es que van a pasar venezolanos hacia Colombia ese día -atraídos por el show que cuesta más de 70 millones de dólares y Estados Unidos está anunciando que ese día va a repartir 20 millones de dólares en comida-, pero también van a ir colombianos, si no la mayoría, que van a pasar desde Venezuela. Ahí van a tomar fotos y videos, van a poner gente a llorar y eso lo van a circular por el mundo, como que esa comida -esa cosa que llaman comida-, la están entregando en Venezuela. Ahora ¿cómo hacemos nosotros para contrarrestar que no es en Venezuela? No hay forma, pero no va a ser en Venezuela.
Pero entonces, ¿parte de esa comida ingresaría a Venezuela?
Que van a regresar personas de Colombia con una bolsa de comida de ración de combate, bueno, no podemos evitarlo tampoco. No vamos a estar acosando a nadie porque venga de Colombia con una bolsa de comida. Pero, el acto denigrante y humillante que ellos pretenden aplicarle a los venezolanos, no lo van a lograr. Ahora, si hay algún venezolano que quiera pasar allá a humillarse, a recibir migajas y recibir la comida de porquería esa, es una decisión. En Venezuela no hay una dictadura para impedirle a un venezolano que vaya a buscar su bolsa de comida.
¿Cree posible la creación de un corredor humanitario como puerta de entrada para las fuerzas intervencionistas extranjeras a Venezuela?
No, eso en Venezuela no es posible. Lo que ocurrió en los Balcanes, por ejemplo, fue que las fuerzas armadas de todos los países se dividieron y se formaron grupos étnicos, religiosos y culturales. En Venezuela eso no es posible por nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana
Hemos visto en el último tiempo cómo, a pesar de las constantes presiones de la oposición, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha demostrado absoluta cohesión ¿De donde nace este sentimiento de pertenencia?
Muchos amigos me preguntan sobre la fortaleza de la unión entre el pueblo y la FANB. No hay unión, hay fusión. No hay quebradura ideológica ni política posible. Eso nace del pueblo, porque si algo no se perdió nunca en Venezuela fue el sentido del ser popular. La permanente figura de nuestra historia, la permanente presencia de nuestra historia libertaria, la permanente presencia del Libertador, de Sucre, Urdaneta, de Miranda. Eso está presente permanentemente. Y hay algo que sí es verdad y que nace de allí, del bolivarianismo, y es el espíritu anti-imperialista.
¿Qué diferencia a la FANB de cualquier otra fuerza armada?
La vocación anti-imperialista. Esto viene de la escuela y nuestras casas, cuando aprendemos el himno nacional. Si nuestra Constitución dice que somos independientes es porque creemos que somos independientes. Si decimos que somos soberanos es porque creemos que sí lo somos, y si está nuestra soberanía en duda, nosotros promovemos nuestra propia soberanía. Nuestra Constitución no son meras florituras literarias, nos la hemos tomado en serio y por eso se nos golpea con tanta saña como se nos golpea. Hay un concepto que no está escrito que es el precepto de dignidad de un pueblo. Y ahí está la Fuerza Armada, la Fuerza Armada no es sino un ciudadano del pueblo con un fusil. Eso es todo.