Empaques: el extraño caso de los trabajadores que no lo son

Una demanda presentada por dos empaques, a raíz de un supuesto despido injustificado en contra del supermercado Jumbo, evidenció la "zona gris" en la que se encuentra este rubro en Chile. De acuerdo al dictamen, emitido el 12 de febrero, ambos querellantes sí prestaron servicios dentro del establecimiento, no obstante, nunca fueron sus trabajadores. Desde la Central Unitaria de Trabajadores, señalaron que esto es una nueva muestra de precariedad laboral en el país.

Una demanda presentada por dos empaques, a raíz de un supuesto despido injustificado en contra del supermercado Jumbo, evidenció la "zona gris" en la que se encuentra este rubro en Chile. De acuerdo al dictamen, emitido el 12 de febrero, ambos querellantes sí prestaron servicios dentro del establecimiento, no obstante, nunca fueron sus trabajadores. Desde la Central Unitaria de Trabajadores, señalaron que esto es una nueva muestra de precariedad laboral en el país.

A mediados del 2017, una demanda interpuesta por una empaquetadora de La Serena en contra de Santa Isabel, a raíz de un despido injustificado, sentó un precedente que aclaró de una vez por todas la existencia de la relación laboral entre empaques y supermercados.

El fallo en aquella ocasión, señaló que la parte demandante “prestó servicios bajo subordinación”, además de cumplir “un horario” y utilizar “un uniforme exigido por su empleador”. Finalmente, constató que las labores eran realizadas “dentro del establecimiento, teniendo acceso a lugares reservados para los trabajadores”.

En conclusión, efectivamente los empaques podían ser calificados como trabajadores estables dentro de las grandes cadenas. No obstante, el pasado 12 de febrero, una resolución de la Duodécima Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago colocó nuevamente en una “zona gris” al rubro.

El fallo de este año, correspondiente a la demanda presentada en contra de Jumbo por parte de Carolina Bravo y Francisco Orellana, otra vez, por despido injustificado, declaró que el supermercado en cuestión solo “facilitaba a los empaquetadores un espacio donde dejar sus pertenencias, lo mismo que hacía con los demás trabajadores externos”. Por otro lado, argumentó que ambos definían “a su arbitrio” el establecimiento de los turnos “mediante la intervención de un empaquetador de mayor jerarquía, al que conocen como coordinador”.

Es decir, la inexistencia de reglas impuestas por Jumbo y la falta de una clara subordinación serían la clave de este último caso.

Los “beneficios” de no ser considerado

Gerson Santibañez es un coordinador de empaques perteneciente a Fedesur, agrupación que se encarga de administrar y organizar a jóvenes interesados en el rubro hacia los distintos supermercados.

Al ser consultado sobre el caso de Jumbo, advierte que, como entidad, no trabajan con dicha cadena. Sin embargo, se muestra dispuesto a hablar de un tema que le concierne, como lo es la falta de regulación del servicio de empaquetadores.

“Sería genial que existiera la relación laboral, pero la libertad que tenemos es que podemos ser 40 o 50. Si nos contrataran no podríamos ser todos los que somos. Se reduciría a diez personas con contrato (…) hay gente que está peleando para que se regule, pero no te van a contratar 50 personas nuevas en un supermercado. No creo que alguien lo contraten por tres horas, porque así son los turnos, y de repente somos seis o siete en un turno”.

Gerson asegura que sin la libertad actual muchos saldrían perdiendo. “No nos va mal. Los empaques no se pueden quejar de que ganan poco. Si nos contrataran no nos pagarían lo que ganamos. Y si el súper está bueno, un empaque puede ganar más que una cajera”.

Municipalidad de Antofagasta entrego bolsas re-utilizables a los clientes en súper mercados. Empaques solo empacan con bolsas de genero.

“Sería genial que existiera la relación laboral, pero la libertad que tenemos es que podemos ser 40 o 50. Si nos contrataran no podríamos ser todos los que somos”, señala Gerson Santibañez, coordinador de empaques de Fedesur.

Para el encargado de la Secretaría de Comercio y Servicios de la CUT, Juan Moreno, los “beneficios” anteriores no son suficientes.

“Eso no es oportunidad de trabajo, eso es vulneración, es aprovechamiento. Estoy de acuerdo, no van a contratar a 50, pero los que se contraten van a tener mejores condiciones laborales. Además, cada empaque paga entre trescientos pesos y mil pesos por trabajar tres horas. ¿Cuánta plata se están llevando diaria las empresas por administrar empaquetadores?”

Los potenciales “beneficios” de permanecer en la irregularidad, al mismo tiempo significan una clara potestad de los supermercados para no hacerse cargo del bienestar de los empaquetadores. Sobre este punto, Gerson sostuvo que todo depende de la “buena voluntad”.

“Nunca se ha sabido de un súper que establezca eso, pero vez que ha pasado un accidente, ellos se han hecho cargo, pero es solo de buena voluntad. Ellos te hacen pasar por cliente y te cubren con su seguro”.

La precariedad del rubro

El fallo de febrero pasado, que favoreció a Jumbo, vino a dejar en claro que el trabajo de empaque se encuentra en la más completa vulnerabilidad, al menos así lo sostiene Juan Moreno, encargado de la Secretaría de Comercio y Servicios de la CUT.

“Efectivamente, no hay relación laboral entre empaquetadores y las grandes cadenas, porque ellos no ingresan a la sala. Que la corte haya decidido darle el favor a Jumbo y no a los trabajadores parte de la génesis que este es un trabajo precario. Por tanto, lo que hay que hacer es formalizar este tipo de trabajo. Hoy, a las empresas le sale costo cero el mantener esta atención que es parte de la cadena de valor de las tiendas”.

El Código del Trabajo, en su artículo n°7, establece que el “contrato individual de trabajo es una convención por la cual el empleador y el trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo dependencia y subordinación del primero, y aquél a pagar por estos servicios una remuneración determinada”.

En la resolución favorable a Jumbo, y en la experiencia compartida por Gerson Santibañez de Fedesur, se repite un mismo patrón que ignora tanto la subordinación como la remuneración determinada.

Un anuncio realizado en el año 2011 por la entonces Ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, dio cuenta de que los empaques serían considerados dentro de las reformas laborales prometidas para ese año. Sin embargo, esta consideración incluía la “no contratación”, ya que “lo que hemos visto, es que si obligamos a los supermercados a que los contraten, lo más probable es que los reemplacen y se mate esta fuente de ingresos”.

La precariedad del rubro de empaques, que parece ser “beneficiosa” para algunos, vuelve a la palestra luego de un nuevo caso de despido injustificado, de un trabajador que, al parecer, nunca lo fue.





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