La denuncia se remonta al 2015 y la Oficina Pastoral de Denuncias (Opade), en ese entonces -dada las fotografías y videos caseros presentados- determinó que el sacerdote Tito Rivera Muñoz presentaba “comportamiento homosexual habitual” y “fuera de control”.

Por si no fuera poco, el denunciante, que aún mantiene su identidad oculta, aseguró que después de relatar la violación que sufrió por parte de Rivera -cuando este era obispo en la Catedral de Santiago- al cardenal Ricardo Ezzati, lo único que recibió de su parte fueron 30 mil pesos, un abrazo y una invitación a rezar.

Aunque los detalles de esta denuncia fueron mostrados ayer en un reportaje de Radio Biobío, el fiscal a cargo de las investigaciones contra Ezzati, Emiliano Arias, dio cuenta breve de estos hechos en su sesión de sobreseimiento.

Pero este lunes, Arias confirmó, además, que este caso es parte de la imputación al arzobispo de Santiago por encubrimiento.

El pasado 27 de febrero, esta demanda fue ingresada formalmente en el Poder Judicial y exige al Arzobispado de Santiago una indemnización de prejuicios por 350 millones de pesos.

Cabe resaltar, que esta denuncia se hace pública justamente antes  que se retome la apelación de la demanda civil de las víctimas de Fernando Karadima contra el Arzobispado. Por el caso de Ezzati, quedaría pendiente el nombramiento de un ministro de fuero para su tramitación.