Una ola de críticas es lo que ha dejado hasta ahora la organización de la Conferencia de las Partes 25 (COP 25), esto luego de que La Tercera diera a conocer una carta de la Ministra Carolina Schmidt dirigida a la ONU, en la que advertía sobre las complicaciones que enfrentaba nuestro país de cara a la cumbre climática.
La falta de un recinto que acoja la cita internacional, calificada por la secretaria de Estado como el evento más grande que ha organizado Chile “desde el mundial del 62”, fue una de las principales dificultades expresadas en la misiva. No obstante, para organizaciones relativas al medio ambiente, existen otros asuntos que aún no han sido atendidos.
“La organización de la cumbre es el menor de los problemas que tendrá que sortear Chile. Podemos tener un buen lugar donde hacer la COP25, disponer de salones adecuados y tener carpas bien equipadas, pero nada de eso tiene sentido si es que el país sede sigue usando explosivos para sacar carbón desde la Patagonia, eludiendo firmar el Acuerdo de Escazú, teniendo nueve de las diez ciudades con la peor calidad del aire del continente, y con miles de compatriotas castigados por las zonas de sacrificio”, señaló Matías Asun, director nacional de Greenpeace.
Luego de que Chile fuera confirmado como la sede de la COP25, que se llevará a cabo entre el 2 y el 13 de diciembre, múltiples organizaciones han hecho hincapié en la ausencia de nuestro país del Tratado de Escazú que regula los derechos de acceso de información pública y participación en materia de medio ambiente.
Por otro lado, el inicio de tronaduras en Mina Invierno y el levantamiento de la clausura del proyecto Pascua Lama, también se han posicionado, durante 2019, como flanco de críticas al proyecto medioambiental del Gobierno.
La Ministra Carolina Schmidt, aclaró que la cumbre climática de la ONU no corre riesgo alguno a pesar de que aún no han determinado el recinto que la acogerá.