El administrador apostólico de Santiago, Celestino Aós, viajó este lunes a Roma para reunirse con el Papa Francisco en el Vaticano para conversar respecto de la crisis que vive la Iglesia Católica chilena, en medio de las investigaciones judiciales por denuncias de abusos sexuales cometidos por integrantes del clero.
Además, indicó que junto al pontífice está la curia vaticana y los distintos dicasterios, con cuyos miembros también espera reunirse para conversar sobre “sucesos particulares de Chile”.
Celestino Aós, descartó, de paso, que su viaje sea para solicitar al Sumo Pontífice el informe que elaboró el arzobispo de Malta, Charles Scicluna sobre los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en nuestro país “la verdad es que yo espero hablar con el santo padre del tema de los abusos, de las víctimas, pero yo no voy expresamente a pedirle que entregue el informe Scicluna”, sentenció.
El administrador apostólico de Santiago se refirió además a la reunión que sostuvo este domingo con los fiscales que investigan las causas por abusos sexuales cometidos por sacerdotes “El Papa recibió un informe, donde hay una parte reservada y una parte entiendo que ya llegó, una respuesta a los señores fiscales que habían solicitado y yo creo que la disposición de la santa sede será entregar aquella parte que sea posible entregarla, porque hay víctimas, hay personas que declararon y pidieron la confidencialidad, secreto y eso no se puede violar, sería revictimizarlos”, recalcó.
Aós, quien estará en Roma hasta el próximo 12 de abril, también conversará con el Sumo Pontífice sobre las reformas que pretende implementar durante su gestión a fin de dar nuevos aires al organismo tras las denuncias de abuso sexual dentro de la iglesia y la salida del cardenal Ricardo Ezzati.
Cabe recordar que el sacerdote de la orden Capuchina asumió el cargo el pasado domingo 24 de marzo, y que tiene pendiente un encuentro con las víctimas de Fernando Karadima -James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo- luego del fallo de la Corte de Apelaciones que ordenó a la Iglesia de Santiago el pago de 100 millones de pesos a cada uno.