La primera edición del festival internacional de cine de Cannes debía celebrarse el primero de septiembre de 1939. El certamen había sido concebido por el Ministro de Educación Nacional y Bellas Artes del Frente Popular, oriundo de Orleans, como un arma diplomática para contrarrestar la Mostra de Venecia, que había estado bajo el dominio de la propaganda fascista y nazi.
Sin embargo, pocos días antes de la inauguración, cuando todo estaba listo para recibir a las películas y a las estrellas, bajo la presidencia de Louis Lumière y Jean Zay, la manifestación tuvo que ser cancelada. La Segunda Guerra Mundial estaba comenzando.
Jean Zay, ministro francés de Cultura, jamás vio la materialización del proyecto: fue ejecutado en 1944 por la milicia después de cuatro años de cautiverio. El festival de Cannes vería la luz tras el fin de la guerra, en 1946.
Hoy, 80 años después, un comité resucita esa primera edición trunca, celebrando Cannes 1939, del 12 al 17 de noviembre en Orleans.
“Es un tributo, por supuesto, y es importante para la memoria de mi padre. Pero también es una oportunidad para encontrar el significado original del festival, es decir, un acto de resistencia antes de tiempo, contra los regímenes fascistas cuyo riesgo mortal Jean Zay había percibido muy pronto”, subraya su hija, Hélène Mouchard-Zay, que forma parte, junto con su hermana, del comité organizador.
De las 38 películas que iban a ser presentadas en competición por “Los países libres”, unas 25 se proyectarán en Orleans. La selección incluyó un gran contingente de largometrajes estadounidenses, ya que los Estados Unidos habían estado muy involucrados en el proyecto.
Alfombra roja y clásicos del cine
Este festival será, por tanto, una oportunidad para ver o revisar algunos monumentos del cine mundial, como Mr Smith in the Senate (en España y en Argentina, Caballero sin espada; en el resto de Hispanoamérica, El señor Smith va a Washington) de Franck Capra o Algo que recordar de Leo McCarey, curiosidades francesas como L’Homme du Niger o La France est un Empire, o el último Hitchcock inglés, Posada Jamaica.
“Estamos buscando derechos. Para algunas películas había distribuidoras en Francia, para otras no. Y hay películas que no hemos encontrado, como las polacas, las suecas, una de las holandesas o una soviética”, explica el crítico e historiador Antoine de Baecque, presidente del comité Jean Zay Cannes 39.
A modo de contrapunto, se proyectarán también cinco películas fuera de concurso, entre ellas, Alexander Nevski de Eisenstein, suprimida en el último momento de la selección, en respuesta al pacto germano-soviético, o Olympia de Leni Riefenstahl, que ganó la Mostra de Venecia en 1938.
El evento, al que no se asocia el “verdadero” Festival de Cannes, pretende ser a la vez cinéfilo y festivo. Por supuesto, se echará de menos a las estrellas de la época: Michelle Morgan, Louis Jouvet, Gary Cooper, Cary Grant, Barbara Stanwick y muchos otros. Pero Cannes 39 en Orleans tendrá su alfombra roja, su ascenso por las escaleras, su ceremonia de apertura, su lista de logros, sus críticos, su baile y sus estrellas.
El jurado, que está casi completo. Debería incluir al director israelí Amos Gitai, al húngaro Lazlo Nemes, a los franceses Pascale Ferran, Julie Bertucelli y Virginie Linhart, así como al escritor Yannick Haenel. Sólo falta encontrar al presidente del festival.