A una semana del alzamiento convocado por la oposición venezolana, el profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, analizó los antecedentes y efectos que tuvo la movilización que desencadenó el fin del arresto domiciliario de Leopoldo López, quien ahora se encuentra como huésped en la casa del embajador de España en Venezuela.
El académico señaló que la llamada “Operación Libertad” no tuvo éxito pues sus únicos logros fueron la mencionada liberación de López de su arresto y que Guaidó pueda seguir moviéndose por Venezuela, tratando de convencer a las Fuerzas Armadas de unirse a la oposición y lograr así la salida del presidente Nicolás Maduro.
El experto señaló que el mayor fracaso ha sido el del diálogo ya que éste no se está intentando por ninguno de los sectores. “Quienes no se hacen cargo del problema, de negociar y dialogar de verdad son los políticos, debería haber una voluntad real y no solo palabras del madurismo, debería haber algo más que entrar a un recinto militar por parte de Guaidó”, expresó Aranda.
Además, señaló que lo de Guaidó no fue un Golpe de Estado, sino un alzamiento que es una terminología distinta, “porque el golpe involucra un movimiento de la cúpula militar para asediar y asaltar al ejecutivo o al legislativo, a un poder del Estado, y cambiar el rumbo político. En este caso, lo sucedido el martes no da para eso”.
“Lo que esperaríamos es que se recupere uno de los puntos cruciales de la política que es negociar. la política es conflicto y negociación, debe combinarse y debe haber arquitectura de los acuerdos. Eso se perdió y es preocupante, pues nadie parece avizorar que una intervención militar abrupta es un retroceso para la convivencia en Venezuela” aseveró el Licenciado en Historia de nuestra casa de estudios.
“Creo que pensar desde la oposición solo hay llamados a la fuerza o la violencia, o pensar que desde el madurismo son los que están abiertos al diálogo, es distorsionar las cosas y entramos en la lamentable parcialización que hay en Chile respecto de un lado y del otro. Hay que tener en cuenta que los actores hablan de paz y diálogo, pero hacen poco para aquello. Y en esto me refiero tanto a Maduro y el gobierno bolivariano, como a la oposición. Por mucho que se hable de diálogo, la verdad es que ninguno de los dos actores lo está buscando con demasiado ímpetu”.
Gilberto Aranda señaló que, si se hace una evaluación de quiénes resultaron ganadores luego del 30 de abril, solo puede apuntarse a los militares, ya que se transformaron en actores dirimentes y de quienes, finalmente, depende tanto Maduro para seguir al mando de Venezuela, como Juan Guaidó para derrocar al que la oposición considera como usurpador del poder.
“No formo parte de quienes hablan de 20 años de dictadura, sino que creo que efectivamente la hay en los últimos dos años. El gobierno de Chávez se manejaba más bien dentro de las fronteras de la democracia y tuvo un tremendo respaldo popular, además la situación de crisis económica y humanitaria, que es evidente, no existía hace 15 ó 20 años cuando Chávez estaba al mando, esto recién se dio en la segunda década del siglo XXI.
En lo que Chávez tiene parte es en la politización de las FF.AA. y lo que la oposición está haciendo ahora es actuar bajo esa misma lógica, es decir, hacer un llamado a que sean las FF.AA las que diriman y eso es politizarlas aún más”.
El Doctor en Estudios Latinoamericanos también se refirió a cómo la situación venezolana afecta a la región y criticó la parcialización y abanderización que ha caracterizado a los países de América Latina, salvo Uruguay, respecto de qué posición apoyar en este conflicto que vive el país caribeño.
En cuanto al grupo de Lima, el experto relevó que la organización de países que incluye a Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela no haya formado parte de los que apoyan una intervención militar en el país, aunque criticó que no siempre haya propiciado el diálogo como solución política.
“La región se ha ido parcializando y abanderizando en vez de jugar la carta la negociación para llegar posteriormente a elecciones, como lo propone Uruguay y el grupo de contacto de Montevideo y parte de los países de la Unión Europea. Comprendo que hay que denunciar los atropellos a los DD.HH, que en Venezuela existen, pero una cosa es la denuncia y otra es básicamente ser partidario de uno de los bandos en forma completa y, básicamente, dar el visto bueno a una intervención militar. Eso hay que tomarlo con mucha cautela”, señaló el especialista en materias internacionales.
“Celebro que se estén matizando esas cosas y algunos grupos regionales como el de Lima estén abiertos a una negociación con otros países como México y Uruguay. También reconozco que el grupo de Lima, teniendo relación con lo que piensa Washington, no ha amparado las declaraciones de las altas esferas estadounidenses que hablan que todas las opciones están abiertas, incluyendo la invasión”.
Finalmente, Aranda señaló que el conflicto venezolano ha articulado una competencia geopolítica entre Estados Unidos y Rusia y que ello se está superponiendo al conflicto doméstico venezolano, haciéndonos entrar a una suerte de Guerra Fría interlatinoamericana.