La industria tabacalera parece no rendirse frente a las diversas políticas públicas que intentan disminuir las cifras de consumo de tabaco en Chile.
Hoy, en conmemoración del Día Mundial Sin Tabaco, es necesario recordar que, según cifras ofrecidas por la organización Chile Libre Sin Tabaco, los índices más altos de consumo en el país llegaron a considerar a un 40 por ciento de consumidores en adultos y hasta 50 por ciento en adolescentes.
Sin embargo, en el año 2005, la Organización Mundial de la Salud entregó orientaciones inéditas respecto de políticas públicas que prevengan el consumo de tabaco. Ese mismo año, Chile suscribió dicho convenio denominado Marco de Control del Tabaco y así, en el 2013, llegó la modificación a la ley que regulaba la publicidad de dicho producto.
¿Qué está haciendo hoy el Ministerio de Salud frente a este tema? El Ministro de Salud, Emilio Santelices, lo explicó así esta mañana.
“50 por ciento de los consumidores deja de fumar y el paso siguiente, dado estos resultados, es contemplar desde salud pública, programas extensivos para incorporar a los planes de salud pública y de enfermedades crónicas en el próximo año”.
En este sentido, para María Guacolda, médico encargada de tabaquismo del Hospital del Tórax, un tratamiento para disminuir el consumo de tabaco requiere de un amplio acompañamiento tanto para pacientes del sistema público como para el privado.
“Nuestro objetivo es ofrecerles una terapia de cesación multidisciplinaria, no solamente con apoyo cognitivo conductual sino además terapia farmacológica. En esa intención es que, además, abogamos que de alguna manera la terapia de cesación farmacológica se ofrezca y esté contemplada en los programas de prevención de enfermedades respiratorias y de cáncer”, explicó Guacolda.
Para la cofundadora de Chile Libre Sin Tabaco, Lidia Amarales, las estrategias utilizadas por su organización han servido para hacer frente a años de normalización del consumo de tabaco. Sin embargo, según detalló Amarales a este medio, falta internalizar que las consecuencias pueden ir más allá de la muerte.
“Más de un 60 por ciento de la gente no se muere sino que se discapacita. Una de las argumentaciones que usan los fumadores es, de algo me tengo que morir. el problema es que a lo mejor no se va a morir sino que el 65 por ciento va a quedar discapacitado para toda la vida con una patología respiratoria, oxígeno dependiente, es decir, una pésima calidad de vida”, indicó Amarales.
Si en el siglo pasado la estrategia usada por las compañías de tabaco fue el uso de la publicidad, aplicada incluso en el cine o en los medios de comunicación, esto ha cambiado hoy, según comentó Amarales.
Así, destacó la médico, se tiene constancia de reuniones de lobby del gerente general de la tabacalera Philip Morris con el Ministerio de Salud, Trabajo y Economía de Chile, con el objetivo de replantear su estrategia, esta vez de lado de los famosos cigarrillos electrónicos.