Valentina Palavecino, la fotógrafa del trap: “Es un lugar de abundancia para explorar”

Iniciada como fotógrafa aficionada en tocatas, hoy el lente de Valentina Palavecino ha estado en eventos como el Movistar Arena o el Lollapalooza. Además de eso, la artista visual viene preparando un libro que será lanzado este año y que reúne retratos de distintos personajes de la escena contemporánea de la música chilena.

Iniciada como fotógrafa aficionada en tocatas, hoy el lente de Valentina Palavecino ha estado en eventos como el Movistar Arena o el Lollapalooza. Además de eso, la artista visual viene preparando un libro que será lanzado este año y que reúne retratos de distintos personajes de la escena contemporánea de la música chilena.

Valentina Palavecino dice no provenir de una familia de artistas y que en su casa nunca hubo libros sobre el tema. Sin embargo, la música siempre fue parte de su vida. Su madre, enfermera de profesión, solía acompañar siempre sus actividades con música de Los Tres, sin saber que años más tarde, Valentina sería la fotógrafa que más ha retratado a la escena música chilena actual.

Hoy, Palavecino es una de las artistas visuales más prometedoras del país y bajo su lente han pasado artistas pop consagrados como Gepe o Francisca Valenzuela  y bandas emergentes como Chica Rica o Centella. Además, la fotógrafa ha participado en las tres últimas ediciones del Lollapalooza en Chile y ha llegado a fotografiar a bandas como Greta Van Fleet.

Su trabajo actual de retratos de músicos nacionales está siendo compilado en un libro que ha denominado “El artista está presente”. De esto, de su proceso creativo y de su mirada de la escena musical conversó con nuestro medio.

Hay una generación fotográfica formada en las marchas. Tú te formaste en las tocatas.

Era una situación muy desafiante porque no estaba nada controlado, pero me gustaban las luces, los colores, la energía que se vivía en ese momento. Así hasta que alguien vio mis fotos y dijo que tenía un portafolio y que podía mandarlos a páginas especializadas en música. Me contestaron de Solo artistas chilenos, que es la página en la que hasta hoy colaboro. Escribía reseñas de discos, shows, y de sacar fotos en el bar Loreto me fui al Movistar Arena y de ahí al Lollapalooza.

¿Por qué, además de los conciertos, apostaste por los retratos?

Llevaba tres años fotografiando en escenarios, estando yo abajo y el artista arriba. Quizás ya había desarrollado una intuición que me permitía saber dónde estaba el momento, y la foto que le iba a gustar al artista, entonces quise salir de mi zona de confort. Quise pasarme a un escenario que construía mi cabeza. Si bien los músicos tienen sus productos, también son unos personajes, y sentía que todo eso había que representarlo. Sus personalidades, su estética, sus mundos, y unirlos con los míos.

Gepe fografiado por Valentina Palavecino,

Gepe fografiado por Valentina Palavecino.

¿De dónde nace la idea de construir el libro de retratos “El artista está presente”?

Me gusta mucho la artista Marina Abramović. Ella tiene una performance que se llama La artista está presente. Yo le quise darle una vuelta con el tema de la presencia que ellos tienen en el escenario. Quiero decir, aquí está una persona, que es músico, pero no está con su instrumento y sigue estando presente. Hay otras cosas que te repuntan a él o a la artista, me interesa ese diálogo y que sea de interpretación libre.

¿Cómo seleccionas a las personas que aparecen en esta serie de retratos?

Me encantaría no dejar a nadie afuera, pero de pronto el tiempo y presupuestos hacen que uno se limite con decisiones. Creo que ahora es por la cercanía que me producen. Intento hacerlo en lugares comunes para mí y con música que yo escuché. Me resulta muy fácil retratar a Gepe porque lo he escuchado siempre. Me resultó muy interesante, pese a que fue en un show, retratar a Los tres, porque desde chica que mis mamá los tiene puestos en la casa.

Princesa Alba fografiada por Valentina Palavecino.

Princesa Alba fografiada por Valentina Palavecino.

Pero además está la generación de artistas jóvenes underground que van emergiendo y que también retratas.

Me gusta mucho el explorar nuevas sonoridades y descubrí bandas que son increíbles, pero que no tienen la suficiente vitrina. Yo tomé la cámara y sentí que podía transmitir cosas. Es una herramienta para mi discurso, y mi discurso es que todos lleguemos arriba. No creo en ser egoísta en conocimientos. Las cosas que me gustan, las hablo, las digo, felicito por ello, y una de las cosas que puedo entregar es hacer imágenes

¿Cómo fue participar del fotomontaje del disco Trino de Dulce y Agraz? Ahí se intentó darle un giro a la estética de Daniela.

Queríamos repuntarnos a cosas más duras, cosas que rompieran y que calaran hondo sin caer en lo literal. Entonces, cuando Daniela nos propuso realizar la portada de su disco, escuchando sus tracks y leyendo sus poesías que no fueron parte del disco y un poemario llamado Trinaje, entendimos a donde se quería dirigir Daniela. Creamos una pieza donde sale Daniela como un pajarito más. Mucha gente cree que se llama trino por lo musical, pero es por el trino de las aves, un sonido de ayuda a la humanidad.

Dulce y Agraz fografiada por Valentina Palavecino.

Dulce y Agraz fografiada por Valentina Palavecino.

Parece una época de muchos discos conceptuales como ese, pero siempre acompañado de hits. ¿Qué opinas de este panorama actual de la música?

Siento que si nos vamos a los noventa, las bandas tenían que sacar un solo disco y no había plataformas digitales. Se repartían el disco en baladas, el hit o algo distinto a la identidad de la bandas. Ahora vemos que todo, desde la primera canción hasta la última, tiene coherencia y es el mensaje que te entrega el artista. A ese viaje se suma la imagen. Rosalía lo hizo con su disco El malquerer, por ejemplo.

¿Cuánto ha influenciado la imagen en el despliegue de estos nuevos estilos musicales, como el trap?

Me atrevería a decir que de lo principal en ellos: su imagen. Siento que invierten mucho en eso, es una estética a la que son fieles, que les importa verse bien, les importa estar siempre listos, brillantes, que no se entienda la pose como algo malo. Eso es súper cómodo para nosotros los fotógrafos porque es el escenario ideal y encuentro que es un lugar de abundancia para explorar, proponer, sacar material.





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