Mediante un texto entregado para su difusión pública, un grupo de egresados del emblemático liceo ubicado en la comuna de Santiago, entre los que se cuenta el reciente Premio Nacional de Arquitectura, Miguel Lawner, el historiador Sergio Grez, el Doctor en Ciencias de la Universidad de Chile, Patricio Jorquera, el director de teatro y actor de teatro, cine y televisión, Alejandro Goic y el médico psiquiatra y dramaturgo Marco Antonio de la Parra, manifestaron su rechazo a las declaraciones del alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, y expresaron su apoyo al Intituto Nacional como establecimiento educacional, haciendo alusión a su rol en la Historia de Chile.
“El alcalde de Santiago ha declarado su intención de cerrar el Instituto Nacional si la comunidad de este liceo no sigue su política para solucionar la crisis del principal y más antiguo colegio de la República”, señalan los firmantes para luego declarar “de la manera más solemne y enérgica nuestro irrestricto apoyo al colegio que nos formó como personas y ciudadanos, inculcándonos su ethos laico, republicano y democrático”.
“Pretender cerrar el Instituto Nacional -así sea en aras de una supuesta “refundación”- es atentar contra estos valores, al mismo tiempo que significa un ataque en regla contra la Educación Pública nacional como parte de una ofensiva desatada hace décadas contra esta institución republicana. La actual ofensiva combinada del alcalde de Santiago, de la ministra de Educación y de las fuerzas privatizadoras contra el Instituto Nacional, son sin duda, en el espíritu de sus promotores, un hito clave del asalto final contra la abandonada y despreciada educación pública”, se puede leer en el texto firmado por más de cincuenta egresados del liceo de la comuna de Santiago.
Esta ofensiva oscurantista se produce justo en los momentos en que se desarrolla un gran movimiento del profesorado de la Educación Pública por su revalorización, a la par que un rechazo transversal a una reforma curricular promovida por el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Educación que empobrecerá aún más la formación del estudiantado de la Enseñanza Media.
La defensa del Instituto Nacional es, pues, la defensa de la educación pública en su conjunto. Si cae el “primer foco de luz de la nación”, sus principios y valores, la idea de una educación laica, democrática e igualitaria, serán aplastados durante mucho tiempo.
Los problemas del Instituto Nacional deben resolverse mediante una inversión sustantiva de fondos públicos y diálogos democráticos entre los distintos componentes de la comunidad institutana y de la comunidad educacional nacional, no por medio de la represión, las medidas autoritarias o la imposición arbitraria de una autoridad ocasional.
Más de dos siglos de historia, estrechamente ligados al devenir nacional, no serán borrados por los émulos de la Reconquista colonial.