El duro informe que entregó la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, ha abierto un debate en que el relativismo y el aprovechamiento político han sido los protagonistas.
Mientras el gobierno de Venezuela acusa parcialidad en las conclusiones del informe producto de la incidencia de Estados Unidos en la ONU, la oposición liderada por Juan Guaidó lo utiliza como una filosa navaja en las negociaciones que definirán el futuro de Venezuela.
En Chile, incluso la izquierda se alineó con la Alta Comisionada y condenó los hechos descritos en el texto, exceptuando al Partido Comunista, desde donde criticaron el informe acusando ‘imparcialidad, presunciones infundadas y generalizaciones’.
En entrevista con Diario y Radio Universidad de Chile, el sociólogo, periodista y analista internacional, Raúl Sohr, expresó sus principales conclusiones frente al documento firmado por la Alta Comisionada. Respecto de las visiones encontradas que han surgido tras la publicación del informe y las observaciones que ha hecho el Gobierno venezolano, Sohr señaló que no existe contexto que justifique las violaciones a los derechos humanos.
“Hay que considerarlo exclusivamente dentro de su esfera. Vale decir, aquí no caben las consideraciones, a quién sirve, a quién favorece o a quién perjudica. Si hubo abusos graves y sistemáticos a los derechos humanos, da lo mismo si esto favorece a un bando u otro”, sostuvo el analista. “Los derechos humanos no tienen un contexto, es decir, la violación a los derechos humanos se juzga en sí misma“, agregó Sohr.
Sin embargo, hizo una diferencia entre las dos principales aristas que cubre el texto de las Naciones Unidas. Por una parte, los derechos sociales y económicos, por otra, las violaciones a los derechos humanos, que el sociólogo definió como la que el Estado ejecuta en contra de la población. En esa línea, Sohr separó responsabilidades.
“En ese plano, cabe todavía un debate si esto se debe a la mala gestión del Gobierno -que a mi juicio es la razón principal- y en qué medida esto responde a las sanciones que ha aplicado Estados Unidos que, sin duda, juegan un papel. Pero a mí juicio es secundario, porque la crisis antecedía a las sanciones de Estados Unidos, ya la cosa venía muy mal antes”, comentó el analista.
Un informe que, habiéndose publicado días antes del comienzo de las negociaciones en Barbados, podría incidir de manera directa en el fortalecimiento o debilitamiento de las posturas tanto del oficialismo como de la oposición.
En ese sentido, para Raúl Sohr, el texto de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aparte de denunciar hechos gravísimos, ratifica la idea de que hay tan sólo un gobierno legítimo en Venezuela, y es el de Nicolás Maduro.
“En los hechos, el informe reconoce que hay un solo gobierno en Venezuela y que esta idea de que hay dos gobiernos, y que Guaidó es parte de un gobierno alternativo, es una ficción absoluta. El informe lo deja súper claro, es decir, todo está referido al Gobierno de Nicolás Maduro, que es el único gobierno existente en Venezuela y eso es una realidad”, concluyó el sociólogo.
En esa línea, el destacado analista internacional señaló que es deber del Gobierno de Venezuela hacer frente a las acusaciones que se señalan en el informe de la Alta Comisionada y condenarlas de manera enérgica. Según Sohr, ese es el mayor desafío que enfrenta Maduro.
“El desafío para el Gobierno en su conjunto es hacerse cargo de las imputaciones que le hace este informe, corregir y eliminar las causas o los procedimientos que se han estado utilizando”, dijo. “Debe sancionar con toda fuerza a los agentes y las instancias que han cometido los abusos de derechos humanos, y eso es perfectamente posible de hacer si es que existe la voluntad política. Ese es el gran reto hoy día para Maduro”, agregó Sohr.
Pese a los duros términos en que se refirió a las situaciones denunciadas, el analista internacional calificó el texto de la ONU como “tremendamente positivo”, en el sentido de que, según él, “para todo demócrata, toda persona que cree en los derechos humanos y todas los que han sido víctimas de las dictaduras de Latinoamérica, es esperanzador que existan estos informes y que se denuncien estos abusos”.