Cosi fan tutte, la ópera de Mozart que se estrenó en la tarde de este viernes, debería ser por estos días el centro de atención en el Municipal de Santiago. Pero los ánimos no están para historias cómicas: 59 trabajadores fueron despedidos dos días antes, en medio de la grave crisis financiera que atraviesa la institución.
De acuerdo a los directivos de teatro, la medida es parte de un plan de reestructuración, pero también ha habido preocupación y reparos desde distintos actores culturales.
Entre ellos se encuentra la Asociación de Cantantes Líricos de Chile (Aclich), que el año pasado ya había manifestado duras críticas contra el director del teatro, el francés Frédéric Chambert.
El despido masivo -que incluyó a más de una decena de cantantes del Coro del Municipal- reavivó los cuestionamientos de la organización y de su presidente, Cristián Navarrete, quien sostiene que “estas reestructuraciones se hacen solamente con criterio financiero, sin tener en cuenta un montón de cosas desde lo artístico”.
En entrevista con Radio Universidad de Chile, el dirigente califica las desvinculaciones como “una solución burda y grotesca” y subraya que “se está recortando la materia prima, que son los artistas”.
“Si me hablas de reestructuración, lo único que he visto hasta ahora son recortes. Una reestructuración sería pensar qué teatro se quiere, qué vamos a hacer, cómo se van a usar los nueve mil millones de platas públicas que hoy recibe el teatro, cómo se hace para que esa inversión llegue a la ciudadanía. En vez de pensar eso, están cortando aquí y allá”, añade.
Asimismo, Navarrete apunta que la crisis que enfrenta el teatro “ha sido por el mal uso que está haciendo la dirección actual, por eso decimos que esto no es una solución para el Municipal”.
“En el año 2006 también se hizo un recorte y se dijo que con eso se resolvían todos los problemas, que íbamos a tener teatro para no sé cuántos años más. Bueno, ahora pasa lo mismo y una consultora dice que hay que cortar”, dice. “El gran problema es que se ve el teatro como gasto y no como una inversión que llega a la gente. Para un centro artístico, una buena solución nunca se hace solo desde el punto de vista financiero”.
La Aclich ha apuntado a “errores y mal uso de dineros públicos” que han agravado la crisis del teatro. ¿Cuáles han sido esos errores y de qué forma se han utilizado esos dineros?
Ha habido varios. Por ejemplo, traer gente desde el extranjero a la que se paga mucho y que son de baja calidad artística, algo que denunciamos el año pasado. Se gastan millones en cosas que no tienen efecto y la programación tampoco es acorde a lo que necesita el teatro. Se siguen haciendo cosas de un gran costo y no tan necesarias.
¿Cómo qué?
Se piensa que por tener un número conocido habrá mucho público, por ejemplo. El año pasado trajeron cantantes de mala calidad para La traviata y por más popular que sea esa ópera, no pasa nada si los cantantes son malos.
También hay problemas con lo financiero. Un director tiene que buscar recursos, patrocinios, aportes privados. Se supone que para eso se le pagan más de diez millones de pesos. Además, hay errores en la difusión y extensión del teatro. Todo se resume en incapacidad.
¿De quién, específicamente?
Del director general. Es una incapacidad para darse cuenta de la realidad chilena, de ubicarse bien en el país que está, de ver de dónde puede sacar dinero.
¿Cómo analizan el rol que ha tenido el alcalde Felipe Alessandri en esta crisis?
Ha avalado al director. El año pasado fuimos a hablar con él y le contamos lo que pasaba no solamente a nivel de cantantes, sino también con el maltrato que había a los trabajadores. El alcalde sabe de los malos manejos y de los malos tratos porque los sindicatos se lo han informado, pero ha permitido estos despidos.
Además, el año pasado recibió a mucha gente que le contó lo mal que estaba el teatro. No solamente fueron trabajadores, también académicos, incluso un Premio Nacional de Música. Finalmente, el resultado es el despido de los trabajadores y para nosotros es terrible, porque son plazas de trabajo que no se van a volver a llenar.
¿Por qué el alcalde permite esto? Yo todavía veo a Chambert dirigiendo el teatro y a 59 personas despedidas, entonces él debe dar una respuesta, debe decirle a la ciudadanía por qué está avalando la destrucción de un cuerpo estable como el coro.
Hoy día cantamos con un nudo en la garganta 12 compañeros despedidos. Que dice el presidente del directorio del Teatro Municipal Ópera Nacional de Chile @AlessandriFelip ? @prensaopal @Sindical_cl @Culturas_RM @presidencia_cl pic.twitter.com/1LnBhUfUXP
— Coro TMS Sindicato (@CoroTms) July 17, 2019
En términos musicales, ¿de qué manera afectarán estos despidos?
Un coro que está siempre ensayando es diferente a un coro que llaman por número. Por ejemplo, no podrían hacer Aida (la ópera de Verdi) con la gente que dejaron en el teatro, entonces tendrían que llamar personas de afuera y esa gente va a tener que parar la ópera solo en el tiempo que se ensaye. Así, claro que baja el nivel musical. La sonoridad no es la misma, porque la preparación no es la misma.
Otro ejemplo: la gente nueva aprende de la que tiene más experiencia para moverse en escena y actuar. Tú puedes cantar muy bien, pero las personas que están en el teatro tienen esa experiencia. Cuando llega un regisseur y pide algo, lo hacen al tiro. En cambio, la gente que llamen no está acostumbrada y no lo va a saber. Son cosas técnicas que no podrán resolver.
Se habla de “mala gestión”, pero hay un tema de fondo que supera al director de turno: ¿cómo se financia un teatro como el Municipal? ¿Cómo se financian las artes escénicas y, en particular, la ópera?
Claro, es algo que tiene que ver con las autoridades y su interés por este tipo de arte. La mayoría de los teatros del mundo trabajan a pérdida. Funcionan con recursos públicos y privados, pero en todas partes pasa eso. Yo he visto muy pocas autoridades políticas preocupadas de esto, hay que tener una visión de Estado que hoy no tiene la gente que está ocupando estos cargos. Está bien, hay que reparar las calles, hay que mantener a los votantes tranquilos, hay que hacer cosas tangibles, pero también hay otras cosas. Es una inversión que se tiene que hacer en la cultura y educación de la gente, del pueblo.