El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, descartó volver a la mesa de diálogo e insistió en celebrar elecciones en 2021, pese a lo que reclama la oposición para eventualmente resolver la crisis política que afecta a la nación.
“El único diálogo que tiene cabida en las actuales circunstancias” es con campesinos, obreros y gremios productivos “dispuestos a trabajar” para lograr el desarrollo económico y social, dijo Ortega ante miles de seguidores durante el acto por el 40 aniversario de la Revolución de 1979.
La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) emplazó al gobierno esta semana a reanudar las negociaciones para encontrar una pronta salida al deterioro de las condiciones económicas y sociales en el país. Las conversaciones están paralizadas desde el 16 de mayo, cuando la ACJD decidió retirarse en protesta por la muerte de un opositor, en circunstancias confusas dentro de una prisión local.
Ortega desestimó la demanda de la oposición de adelantar las elecciones de 2021 y propuso hacer reformas y ajustes a la ley electoral dentro de lo establecido en la Constitución “para que nadie diga que le robamos las elecciones”.
El mandatario nicaragüense rechazó además las sanciones que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto no solo a Nicaragua, sino también a Cuba y Venezuela. “Ningún Estado tiene la potestad de sancionar a otro Estado, el que actúa de esa manera está cometiendo delitos de índole internacional y es algo insostenible”, aseveró.