José Camilo Retamal llegó al Teatro Nacional Chileno en 1977 para trabajar como ayudante, después de ser auxiliar en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Desde entonces, ha confeccionado todo tipo de muebles para producciones que, con el tiempo, se transformaron en piezas claves de la historia teatral.
Carlos Moncada arribó ese mismo año al escenario de calle Morandé, luego de trabajar en el Teatro Municipal como encargado de las luces. Ese oficio lo heredó de su padre, quien también era miembro del equipo técnico en el tradicional recinto.
Ambos trabajadores, junto a Guillermo Ganga, Silvio Meier, Fernando Boudon, Sebastián Chávez, Joaquín Riquelme y Nicole Waak, conforman hoy el elenco de Animales invisibles, performance teatral de la compañía La Laura Palmer que desde este viernes 9 de agosto se presentará en el Teatro Nacional Chileno.
Pilar Ronderos, quien junto a Ítalo Gallardo dirige la obra, señaló que esta pieza busca revelar el testimonio de quienes han sido testigos de la época de oro del teatro en el país.
No obstante, sostuvo que la apuesta también descubre la particular historia del escenario fundado en 1954: “Es una especie de recorrido performativo, en donde retrocedemos en el tiempo, a partir del presente, entendiendo que la memoria es un lugar que uno puede visitar. Además, todas las historias que ellos cuentan han sucedido en ese teatro. Ellos han trabajado toda su vida ahí, entonces finalmente el teatro es el que se vuelve protagonista”, dijo.
“Este es un formato mucho más cotidiano, tranquilo, menos teatral en el sentido antiguo de la palabra. Nos interesaba trabajar con ellos, ya que siempre han estado tras bambalinas y son los que han soportado este teatro. También es darle una vuelta al teatro más clásico, donde sólo los actores son los que entran al escenario. Acá lo interesante es que uno puede conocer la historia íntima, cotidiana, que nadie rescata“, añadió.
Para la creación de esta pieza, la compañía La Laura Palmer debió realizar un trabajo de investigación en el que fueron entrevistados cada uno de los técnicos, tramoyas y utileros que forman parte de Animales invisibles.
De este modo, los dramaturgos conocieron cómo cada uno de ellos descubrió su oficio. “Algunos llevan más de 40 años trabajando ahí. Muchos no tienen estudios y se armaron a través de un trabajo que actualmente está súper devaluado, porque hoy lo más importante es tener un título. Es decir, cuando ellos se vayan o se mueran, su oficio va a morir con ellos“, comentó Pilar Ronderos.
Este proyecto es el octavo documental escénico de la compañía La Laura Palmer, que desde 2012 se ha especializado en esa línea de trabajo.
Coordenadas
Animales invisibles se presentará hasta el 24 de agosto, de miércoles a sábado a las 20:00 y 21:00 horas, con solo 36 cupos por función. Las entradas están a la venta en la boletería del teatro, (Morandé 25, Metro U. de Chile) y tienen un valor de $3.500 (miércoles y jueves populares, precio único), $4.000 (menores de 26 años y tercera edad) y $6.000 (viernes y sábado).