En medio de protestas callejeras en varias ciudades de Brasil y de otros países en defensa de la Amazonía, el presidente estadounidense, Donald Trump, le ofreció ayuda a su aliado Bolsonaro para luchar contra el fuego, como ya hicieron varios países.
Por decreto, el mandatario ultraderechista brasileño autorizó desde este sábado y durante un mes el uso de tropas en tierras indígenas, áreas de frontera y de conservación ambiental “para acciones preventivas y represivas contra delitos ambientales” y en “la identificación y el combate a focos de incendio” en la Amazonía, a condición de que “sea solicitado por el gobernador” del estado concernido.
En un principio el gobierno brasileño atribuyó el aumento de los incendios -un 85% más en lo que va del año respecto al mismo periodo de 2018- a la temporada seca, y Bolsonaro insinuó que las ONG eran responsables de propagarlos, lo que desató una oleada de críticas a nivel mundial en su contra.
Brasil se encuentra en temporada seca, cuando los incendios son frecuentes, aunque especialistas coinciden en que no se trata de un año de sequía intensa y que el fuerte incremento de los focos se debe a la deforestación.
La repercusión internacional generada por los incendios en la Amazonía, un 60% de cuyo territorio forma parte de Brasil, siguió aumentando este viernes.
“El gobierno brasileño subestimó severamente la escala de preocupación global en torno a la Amazonía. También calcularon de forma errada hasta qué punto acelerar la deforestación podría amenazar las relaciones bilaterales y multilaterales”, dijo a la AFP Robert Muggah, investigador del Instituto Igarapé, un centro de análisis de Río de Janeiro.
Con información de AFP