El sacerdote José “Pepe” Aldunate, reconocido defensor de los Derechos Humanos en dictadura, fue despedido este domingo con un “velorio ciudadano” en la explanada del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Una actividad que comenzó a eso de las 11 horas con la llegada de los restos mortales del sacerdote, los que, provenientes desde la Iglesia San Ignacio, fueron trasladados hasta el Museo para dicha ceremonia.
El capellán general del Hogar de Cristo y uno de los directores del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), José Yuraszeck, recordó parte de la trayectoria del “cura obrero”, su trabajo al interior de la Compañía de Jesús y como profesor en la Pontificia Universidad Católica.
“A fines de los ’60 y en los ’70-’80 se da esta parte más pública de don Pepe, que también es la más recordada”, sostuvo Yuraszeck. “Creo que, a pesar de que es un momento triste, espero -y así lo vi en la Iglesia San Ignacio- que sea una fiesta de gratitud por la vida de un hombre coherente, jugado y comprometido“, indicó el capellán del Hogar de Cristo.
Yuraszeck, además, destacó del legado del jesuita que falleció a los 102 años, el mirar el mundo desde la realidad de los más pobres. “Hoy día estaría trabajando con migrantes o con temporeros en algún lado”, sostuvo.
“Él fue varias personas en su vida. Desde su nacimiento fue criado a la británica, con institutriz, su padre fue presidente del Senado. Entró a la Compañía de Jesús y luego tuvo distintos momentos de conversión y de transformación en su trayectoria“, recordó el miembro del directorio del SJM.
El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos despidió al Premio Nacional de Derechos Humanos 2016, recordando que el compromiso del padre ‘Pepe’ Aldunate “se inicia en los años 50 en la Acción Sindical Chilena (ASICH), apoyando la lucha de los trabajadores”.
Durante la dictadura, Aldunate fue parte del Equipo Misión Obrera (EMO) y uno de los impulsores del ‘Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo’, promoviendo la lucha pacífica y el apoyo constante a los familiares de detenidos desaparecidos, prisioneros políticos y los perseguidos por la dictadura.
José Aldunate es parte de una generación de sacerdotes que marcó con su pensamiento y acción el sello social de la Iglesia Católica, donde sus reflexiones sobre la justicia y el respeto por los derechos humanos sin duda han dejado innumerables huellas”.
Por último, este lunes 30 de septiembre, a las 11 horas, se llevará a cabo la misa funeral en la Iglesia San Ignacio y luego, el cuerpo será trasladado al cementerio de los jesuitas en Padre Hurtado.